30 de junio de 2007

Destination earth

Caricatura hecha en 1956 en la que se habla de las bondades del petróleo y el libre mercado, dos ingredientes que hacen de los Estados Unidos una "gran nación".
Primera parte

Segunda parte

Propaganda y terror

Lamentablemente no es posible albergar duda alguna respecto a la escalada creciente de la barbarie. Al comenzar el siglo xx la tortura había sido eliminada oficialmente en toda Europa occidental, pero desde 1945 nos hemos acostumbrado de nuevo, sin sentir excesiva repulsión, a su utilización al menos en una tercera parte de los estados miembros de las Naciones Unidas, entre los que figuran algunos de los más antiguos y más civilizados.

Una razón de peso sería la extraña democratización de la guerra. Las guerras totales se convirtieron en «guerras del pueblo», tanto porque la población y la vida civil pasó a ser el blanco lógico de la estrategia como porque en las guerras democráticas, como en la política democrática, se demoniza naturalmente al adversario para hacer de él un ser odioso, o al menos despreciable.

Los profesionales de la política y de la diplomacia, cuando no les apremian ni los votos ni la prensa, pueden declarar la guerra o negociar la paz sin experimentar sentimientos de odio hacia el bando enemigo, como los boxeadores que se estrechan la mano antes de comenzar la pelea y van juntos a beber una vez que ha terminado. Pero las guerras totales de nuestro siglo no se atenían en absoluto al modelo bismarckiano o dieciochesco. Una guerra en la que se movilizan los sentimientos nacionales de la masa no puede ser limitada, como lo son las guerras aristocráticas.

Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX, 1994.

29 de junio de 2007

¿Qué puedes tener por 35 euros?

A propósito de la disparidad económica del mundo en el que vivimos, esta campaña de Cordaid ironiza/ilustra el costo de los bienes y, por ende, su valor real para la sociedad.



25 de junio de 2007

Czech Dream

Un par de estudiantes de cine promocionaron la apertura de un hipermercado en las afueras de Praga. El día de la gran inauguración, los excitados futuros clientes se dan cuenta de que la tienda no existe y la publicidad ha sido una broma. El resultado: Czech Dream, un documental ácido sobre el consumismo.

19 de junio de 2007

Pemex: detener el saqueo y la corrupción

(Editorial del diario La Jornada, publicada el día 19 de junio del 2007)

En un foro sobre reforma energética realizado ayer por el Senado de la República, un funcionario de Pemex afirmó que esta empresa paraestatal necesita una inversión de 150 mil millones de pesos para financiar la búsqueda y explotación de nuevos yacimientos de hidrocarburos en el mar. Con el argumento de que resulta insuficiente la profundidad a la que actualmente Pemex lleva a cabo sus tareas de exploración -100 metros por debajo del nivel del mar-, el funcionario aseguró que para extraer el petróleo de las reservas probables del país -algunas de las cuales están, presumiblemente, a más de mil 500 metros de profundidad- es necesaria la participación de inversión privada. Horas antes, el subsecretario de Energía Mario Gabriel Budebo había señalado que México sufre un retroceso sostenido en materia de reservas probadas de petróleo: la tasa de restitución promedio del país es apenas de 30 por ciento de la producción, cuando la tasa mundial promedió 164 por ciento en la década pasada. Esto explicaría por qué, a pesar de que los niveles de explotación de hidrocarburos han crecido 9 por ciento, la vida productiva de las reservas de crudo en el periodo 2000-2006 haya descendido de 18 a 9.6 años, lo cual, según Team Coleman, analista de la consultoría Moody's, pone a Pemex en desventaja con respecto a compañías como Exxon, Chevron-Texaco y Petrobras, que tienen reservas probadas por más de 12 años. Por su parte, la compañía British Petroleum (BP) destacó el retroceso que Pemex ha sufrido en materia de refinación: su capacidad de procesamiento de crudo ha disminuido de un millón 481 mil barriles diarios en 2000 a un millón 463 mil en 2006, debido a la falta de inversión en las refinerías del país.

La difusión de los datos referidos se inscribe en la apenas disimulada campaña por presentar a Pemex como una empresa depreciada, económicamente inviable y prácticamente en quiebra, campaña que obedece al afán del grupo en el poder por devaluar el organismo para justificar su privatización parcial o total y, por si fuera poco, rematarlo a un precio muy inferior a lo que realmente vale.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), las exportaciones petroleras mexicanas totalizaron 34 mil 705 millones de dólares en 2006, es decir, unos 365 mil millones de pesos. Esto quiere decir que si fueran ciertas las cifras manejadas ayer en el foro senatorial por Carlos Morales Gil, director de Pemex Exploración y Producción, habría que destinar a tareas de exploración más de 40 por ciento de los recursos obtenidos por las ventas totales de crudo. Si a esa inversión se le agregan los gastos de producción, transporte, administración y otros rubros, se estaría ante un negocio muy poco atractivo y serían más bien menguadas las posibilidades de interesar en él a los capitales privados. Peor aún: el gobierno mexicano estaría a punto de perder la mayor parte de sus recursos monetarios, y el país, en la antesala de una debacle económica.

Pero el problema de Pemex no es el riesgo inminente de una bancarrota que sería, obligadamente, de rango nacional, sino el persistente saqueo de que ha sido objeto por partida doble: la confiscación fiscal de la mayor parte de sus ingresos brutos, práctica reconocida y pública, y la vasta e inveterada corrupción que impera en la administración de la paraestatal.

Para que Pemex obtenga los recursos necesarios para su desarrollo en todos los rubros, particularmente en los de la exploración y la refinación, sería necesario que el gobierno federal dejara de exprimirla como actualmente lo hace y que combatiera la asfixiante corrupción y la falta de transparencia que padece el conjunto de la administración pública, la paraestatal incluida. Como botón de muestra, baste mencionar la injustificable entrega al sindicato controlado por Carlos Romero Deschamps de mil 724 millones por el ex director de Pemex, Raúl Muñoz Leos, en julio de 2004, así como los datos proporcionados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que dan cuenta de un faltante de 26 mil 342 millones en las cuentas públicas entregadas en 2005, por el gobierno de Vicente Fox.

Para obtener los recursos requeridos casi bastaría aplicar una política honesta de austeridad. Si la reducción de 10 por ciento en las percepciones de los altos funcionarios federales que fue anunciada en diciembre pasado por la administración entrante generó, según lo dicho por el propio Felipe Calderón, un ahorro de 25 mil millones de pesos, sería suficiente un recorte adicional de 40 por ciento en tales salarios para liberar recursos por 100 mil millones de pesos, dos terceras partes de lo que, según Morales Gil, se requiere para activar la exploración en Pemex.

En suma, la instauración de la autonomía administrativa de Pemex y la moralización de la administración pública serían medidas suficientes para enderezar el rumbo de la paraestatal y preservar la principal fuente de recursos públicos. Si a ello se le agrega, antes que una reforma fiscal, la simple voluntad política de aplicar la ley y cobrar los impuestos que deben ser cobrados a las grandes empresas y a las grandes fortunas, el Estado dispondría de recursos suficientes para funcionar, y Pemex podría consolidarse y fortalecerse sin necesidad de privatizaciones totales o parciales. Las terquedades privatizadoras no obedecen, en rigor, a necesidades reales, sino al afán del grupo en el poder de impulsar los negocios de sus socios y aliados nacionales e internacionales.

17 de junio de 2007

12 meses sin intereses

Sé realista, nunca vas a hacerte rico.
Extracto de Dude, where is my country? (¿Qué le hicieron a mi país, man?) de Michael Moore

Quizá el mayor éxito de la guerra contra el terrorismo haya sido su habilidad para distraer la atención del país entero de la contienda que las grandes empresas mantienen contra todos nosotros. Tras los ataques del once de septiembre de hace dos años, las grandes compañías de EE UU reaccionaron como un boxeador grogui, lanzando furibundos golpes a diestra y siniestra hasta dejar a millones de norteamericanos sin ahorros, sin pensiones y con pocas o ninguna esperanza de un futuro mejor para ellos y para sus familias. Los bandidos de las grandes finanzas y sus cómplices en el Gobierno han tratado de echarle la culpa de la ruina económica a la que ellos nos han llevado a los terroristas, a Clinton y hasta a nosotros mismos, la gente de la calle.

Pero, en realidad, la destrucción total de nuestro futuro económico se basa exclusivamente en la avaricia de los "muyahidines" de las sociedades anónimas.

La toma del poder ha tenido lugar delante de nuestras propias narices. Se nos ha obligado a tomar algunas poderosísimas drogas para que no demos problemas mientras esta banda de consejeros delegados sin ley nos asalta. Una de estas drogas es el miedo y la otra es conocida como Horatio Alger.

La droga del miedo funciona así: se nos dice repetidas veces que gente malvada y espeluznante va a matarnos y que debemos confiar absolutamente en los directores de las grandes empresas, que ya se encargarán de protegernos. Ellos saben lo que es mejor y no hay que ponerlos en cuestión nunca, aunque nos pidan que corramos con los gastos de un recorte fiscal que les beneficia a ellos, o si deciden cortar de un tajo los subsidios por enfermedad o subir el precio de la vivienda. Y si no cierras la boca, te conformas y trabajas como un mulo, te despiden. Trata entonces de encontrar un nuevo puesto de trabajo con esta situación economía, infeliz.

La otra droga es más dulce. Nos la recetan de niños en forma de cuento de hadas, ¡pero un cuento de hadas que puede hacerse realidad! Se trata del mito creado por Horatio Alger. Alger fue uno de los escritores norteamericanos más populares de finales del siglo XIX. Sus historias presentaban personajes de ambientes empobrecidos que, echándole agallas, determinación y trabajo duro, eran capaces de alcanzar grandes éxitos en esta tierra de oportunidades sin límite. El mensaje era que cualquiera podía triunfar en EE UU y triunfar a lo grande.

En este país somos adictos a este mito feliz de que se puede pasar de la pobreza a la riqueza. En otras democracias industrializadas la gente se siente satisfecha con ganar lo suficiente para pagar las facturas y mantener a sus familias. Son pocos los que tienen un deseo criminal por hacerse ricos. La mayoría vive con los pies en el suelo, donde son solo unos pocos, siempre otros, los que se hacen ricos, así que más vale irse acostumbrando.

Eso sí, los ricos en esos países tienen mucho cuidado de no tensar demasiado la cuerda y a los avaros hijos de puta, que también los hay, se les somete a algunas restricciones. En el sector industrial, por ejemplo, las mayores diferencias en Europa se dan en el Reino Unido, donde los consejeros delegados británicos ganan 24 veces más que el promedio de sus trabajadores. Los consejeros delegados alemanes y los suecos ganan, respectivamente, "sólo" 15 y 13 veces más que sus empleados. En cambio, aquí, en EE.UU., el consejero delegado promedio gana 411 veces el salario de sus trabajadores. Los europeos adinerados pagan hasta un 65% en impuestos y saben muy bien que no les conviene quejarse demasiado por ello o el pueblo les podría complicar las cosas aún más.

En EE UU tenemos miedo de ponerlos en su sitio. Odiamos mandar a nuestros altos ejecutivos a la cárcel cuando se saltan la ley. Siempre estamos dispuestos a rebajarles los impuestos, aunque los nuestros suban. No queremos hacer nada que quizá pueda perjudicarnos el día que acabemos por ser millonarios nosotros también. Esta idea resulta tan creíble porque la hemos visto hacerse realidad. En cada comunidad hay al menos una persona que va por ahí pavoneándose y recordándonos a todos que sí, que es posible pasar de la pobreza a la riqueza. El mensaje que se nos lanza no tiene nada de sutil: "¿te das cuenta? ¡Yo lo conseguí! ¡Tú también puedes hacerlo!"

Fue este mito tan seductor el que llevó a millones de trabajadores a invertir en bolsa durante los noventa. Habían sido testigos de cómo los ricos habían ganado muchísimo dinero en los ochenta y pensaron, "hombre, esto también me podría pasar a mí".


Tim Noble and Sue Webster. Boilermag

La gente con dinero hizo todo lo que pudo por potenciar esta actitud. Hay que tener en cuenta que en los años ochenta sólo un 20% de estadounidenses poseía acciones. Wall Street era el juego que sólo los ricos podían permitirse y estaba muy por encima de las posibilidades del ciudadano medio.

Hacia finales de los años ochenta, sin embargo, los ricos parecían no tener bastante con los beneficios extraordinarios que habían conseguido hasta entonces y no acababan de encontrar la manera de que el mercado continuara creciendo.

No sé si fue la genial idea de un corredor de bolsa en una reunión creativa o la sigilosa conspiración de todos los ricachones juntos, pero el caso es que el juego dio comienzo. "¿Oye, y si convencemos a la clase media para que nos dé su dinero y nos hagamos aún más ricos?".

De repente era como si todo el mundo que yo conocía se hubiese subido al carro de la bolsa. Dejaban que sus sindicatos invirtieran todo el dinero de sus pensiones en acciones. Una y otra vez aparecían noticias en los medios de comunicación de gente trabajadora normal y corriente que se habían hecho prácticamente millonarios y podían permitirse dejar sus empleos. Era como una fiebre que estaba afectando a todo el mundo. Había currantes que corrían a canjear los cheques de las nóminas y llamaban a sus "brokers" para que comprasen más acciones. ¡Sus "brokers"!

Había subidas y bajadas, pero la mayoría eran subidas, muchas subidas. Y te podías oír a ti mismo diciendo, "mis acciones han subido un 120%" o "He triplicado todo mi capital". Uno aliviaba el dolor de la vida diaria imaginando la residencia que tendría algún día cuando dejara de trabajar, o el deportivo que se podría comprar mañana si quisiera vender hoy. ¡Pero no, no vendas! ¡Va a seguir subiendo! ¡Hay que aguantar el tirón! Y uno se frotaba las manos en anticipación de la buena vida que le esperaba.

Pero todo era una farsa, tío. Una treta tramada por los poderes empresariales, sea eso lo que quiera que sea, que nunca tuvieron ninguna intención de permitirte la entrada en su club. Tan sólo necesitaban tu dinero para poder así pasar al nivel siguiente, el nivel que les liberaba para siempre de la obligación de volver a tener que trabajar de verdad para ganarse la vida.

Sabían que el gran auge repentino de los noventa no podía durar, así que necesitaban tu dinero para inflar artificialmente el valor de sus compañías y que sus acciones alcanzasen un precio tan desorbitado que, a la hora de vender, pudieran retirarse de por vida, sin importar lo mal que la situación económica llegara a ponerse.

Y eso es lo que pasó. Al mismo tiempo que el "pringao" promedio estaba escuchando a todos los fanfarrones diciéndole en la cadena de televisión por cable CNBC que debería comprar aún más acciones, los absolutamente ricos se estaban saliendo tranquilamente del mercado, vendiendo en primer lugar las acciones de sus propias compañías. En septiembre del año 2002, la revista Fortune publicaba una lista asombrosa de estos chorizos empresariales que se habían dado a la fuga como vulgares bandidos mientras los precios de las acciones de sus compañías habían caído un 75% o más entre los años 1999 y 2002.

A la cabeza de la lista de estos malhechores estaba Quest Communications. En su momento máximo, las acciones de Quest se negociaban a casi 40 dólares (unos 35 euros aproximadamente) Tres años después las mismas acciones valían un dólar. Durante ese período, el director de Quest, Phil Anschutz, su antiguo consejero delegado Joe Nacchio y los otros cargos directivos se largaron con 2.260 millones de dólares, mediante el sencillo procedimiento de venderlo todo antes de que el precio tocara fondo.

Mientras tanto, el inversor medio, fiándose de los consejos nefastos que le daban, seguía aguantando. Y el mercado bajaba y bajaba y seguía bajando. Más de cuatro billones de dólares se perdieron en la bolsa. Otro billón de dólares en fondos de pensiones y en ayudas para ir a la universidad también se esfumó.

Y, ahora, ésta es mi pregunta: ¿cómo es posible que, después de desplumar al pueblo estadounidense y romper el sueño americano de la mayoría de los trabajadores, en lugar de arrastrarlos, descuartizarlos y colgarlos al amanecer a las puertas de la ciudad, el Congreso les haya premiado con un gesto de amor en forma de un respiro fiscal récord, y nadie diga nada? ¿Cómo es eso posible?

Creo que se debe a que todavía somos adictos a la droga del cuento de Horatio Alger. A pesar de todo el daño causado y de todas las pruebas en contra, el estadounidense medio todavía sigue queriéndose agarrar a la fantasía de que quizá, a lo mejor, él o ella (normalmente él) acabará algún día por triunfar a lo grande. Así que, por si acaso, dejemos en paz a los ricos; algún día el rico puedo ser yo.

Mira, tío, tienes que aceptar la realidad: Tú nunca te vas a hacer rico. La probabilidad de que eso suceda es aproximadamente de una en un millón. Y no sólo no te vas a hacer rico, sino que además vas a tener que vivir el resto de tu vida rompiéndote los cuernos para poder pagar la factura de la televisión por cable y las clases de arte y de música de tu hijo en la escuela pública, que antes eran gratis.

Y la situación va a empeorar. Olvídate de la pensión, de la seguridad social y de que tus hijos cuiden de ti en la vejez, porque apenas si van a contar con el dinero justo para cuidar de sí mismos.

Por si todavía hay alguien que crea que no todas las grandes empresas norteamericanas son tan malas, echemos un vistazo a lo que nuestros buenos magnates de la industria han estado haciendo recientemente.

Por ejemplo, ¿te has enterado de que tu compañía quizá te haya hecho un seguro de vida? Qué bien te tratan, ¿no? Vale, ahora verás lo bien que te tratan.

Durante los últimos 20 años, algunas compañías tales como Disney, Nestle, Proter & Gamble, Dow Chemical, JP Morgan Chase y Wal-Mat, han estado haciendo en secreto seguros de vida a los empleados que ocupaban un nivel medio o bajo en la jerarquía de la organización, pero con un detalle: ¡se nombraban a sí mismos (la compañía) como los beneficiarios! Lo que oyes. Cuando fallezcas, será la compañía, y no tu familia, los que se queden con el dinero. Si falleces cuando todavía estás trabajando, mejor, ya que la mayoría de las pólizas de seguro de vida están pensadas para pagar más cuando la persona muere joven. En caso de que vivas hasta una edad muy avanzada, incluso aunque haya pasado mucho tiempo desde que dejaste el puesto de trabajo, la compañía no dejaría de beneficiarse económicamente de tu muerte. Además, y a parte ya del momento en que estires la pata, la compañía puede solicitar un préstamo con la póliza como garantía y deducir el interés de sus impuestos.

Muchas de estas compañías han establecido un sistema para que el dinero así obtenido se utilice para costear las primas extras de los ejecutivos, sus coches, sus casas o sus viajes al Caribe. Imagínate a tu jefe sentado en su jacuzzi allá en la isla de San Bartolomé, ¿crees que se va a poner muy triste cuando se entere de que te has muerto?

¿Sabes como se refieren privadamente las grandes compañías de EE UU a esta modalidad especial de seguros de vida?

Seguro de los Palurdos Muertos.

Como suena. "Palurdos Muertos". Eso es lo que somos para ellos: palurdos. Y a veces les somos más valiosos muertos que vivos.

Memoria del saqueo

Análisis preciso y lúcido de los motivos por los que un país de la envergadura de Argentina se ha convertido en uno de los más pobres del planeta. Película imprescindible, emociona e indigna a partes iguales sin descuidar una presentación dinámica, clara y entretenida.

Primera parte



Segunda parte

Política estadounidense en América Latina

Entrevista a Noam Chomsky en dos partes (y en inglés). La primera parte resume la influencia de los Estados Unidos en América Latina después del fin de la colonia española. La segunda parte se centra en los cambios políticos que han sufrido los países sudamericanos en los últimos años y el significado que pudieran tener.


Primera parte



Segunda parte

15 de junio de 2007

Vivoleum

Una vez más The Yes Men. Esta vez se hicieron invitar a la GO-EXPO, el evento más importante en su tipo realizado en Canadá, para más de 20 mil personas relacionadas con el negocio del petróleo. Ahí, Mike Bonanno (miembro de The Yes Men) se bautizó como Florian Osenberg, el supuesto representante de ExxonMobil and National Petroleum Council, y ofreció una conferencia a un selecto grupo de 300 asistentes.

Se sabía que Osenberg (o sea, Bonanno) debería dar las esperadas conclusiones sobre un supuesto estudio realizado por el Secretario de Energía de los Estados Unidos, Samuel Bodman. Pero no. A cambio de ello, Osenberg ofreció una original solución para aprovechar las calamidades causadas por el calentamiento global, a su vez causado por el excesivo uso del petróleo: El Vivoleum, un combustible hecho de cadáveres humanos. "No estamos hablando de matar a nadie", agrega Osenberg frente a la exclusiva audiencia, "estamos hablando de utilizarlos una vez que la naturaleza haya hecho el trabajo sucio. Después de todo, 150 mil personas mueren cada año como consecuencia del cambio climático. Con seguridad eso crecerá. ¿Vamos a desperdiciarlo? Eso sería cruel".




Los asistentes escuchaban con atención la lectura, mientras eran encendidas "velas conmemorativas" supuestamente hechas de Vivoleum, obtenido del cuerpo de un conserje de Exxon, quien habría muerto por limpiar un líquido tóxico.



La ironía de The Yes Men fue interrumpida por Simon Mellor, de la compañía organizadora del evento, quien los forzó a abandonar el escenario.



Ya fuera de su papel, Bonanno explica: "Si nuestra idea de seguridad energética es incrementar las calamidades por el cambio climático, tenemos entonces una idea muy divertida de lo que significa seguridad. Mientras ExxonMobil continúa reportando ganancias récord, utiliza su dinero para persuadir a los gobiernos a no hacer nada sobre el cambio climático. Eso es un crimen contra la humanidad", explica, haciendo referencia a las extrañas decisiones tomadas en las altas esferas del poder. "Poner al CEO de Exxon a cargo del National Petroleum Council es como poner al lobo a cargo del rebaño".

¿Hay una dirigencia para el largo plazo?



Del libro "La tragedia educativa" de Guillermo Jaim Etcheverry.

En momentos de crisis, resulta decisiva la visión que de un país tiene su clase dirigente. Lester Thurow-profesor de la Sloan Busuiness School del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en los EE.UU.-hace un lúcido análisis de esta cuestión. Sostiene que a menudo se afirma que Japón tiene un establishment (¿sociedad establecida?) y América Latina tiene una oligarquía. En realidad se trata del mismo grupo bajo dos nombres diferentes. En ambas regiones, ese grupo está integrado por personas ricas, bien relacionadas, educadas en las buenas escuelas, casadas entre ellas y que dirigen sus países.
Sin embargo, existe una diferencia esencial. Un establishment actúa demostrando que tiene confianza en el hecho de que, si el sistema funciona y si su país es exitoso en el largo plazo, a sus integrantes también les irá bien en lo personal. Al tener esa confianza, no anteponen sus propios intereses inmediatos cuando hacen pesar su influencia en las decisiones públicas. En cambio, una oligarquía está formada por un grupo de individuos inseguros, que acumulan fortunas en cuentas bancarias secretas. No confían en que, si su país es exitoso, ellos también lo serán. Por eso, siempre tienen presente su propio interés, no se preocupan por invertir tiempo y esfuerzo en mejorar las perspectivas de su país en el largo plazo. Según Thurow, a lo largo de la historia de los EE.UU. se han alternado establishment y oligarquías.

14 de junio de 2007

El trabajo del pobre es la mina del rico.



Bernard Mandeville (1670–1735). Economista y satírico inglés.

Allí donde la propiedad está suficientemente protegida, sería más fácil vivir sin dinero que sin pobres, pues ¿quién, si éstos no existiesen, ejecutaría los trabajos?... Y, si bien hay que proteger a los obreros de la muerte por hambre, no se les debe dar nada que valga la pena de ser ahorrado. Sí, de vez en cuando, un individuo de la clase inferior, a fuerza de trabajo y de privaciones, se remonta sobre el nivel en que nació, nadie le debe poner obstáculos: es indudable que el plan más sabio para cualquier individuo o cualquier familia dentro de la sociedad, es la vida frugal; pero todas las naciones ricas están interesadas en que la mayor parte de los pobres, sin permanecer en la ociosidad, gasten siempre todo lo que ganan... Los que se ganan la vida con su trabajo diario no tienen más estímulo que sus necesidades, que es prudente moderar, pero que sería insensato suprimir. Lo único que puede espolear el celo de un hombre trabajador es un salario prudencial. Si el jornal es demasiado pequeño puede, según su temperamento, desanimarle o moverle a desesperación; si es demasiado grande, puede hacerle insolente y vago... De lo dicho se desprende que en un país libre, en el que no se consiente la esclavitud, la riqueza más segura está en una muchedumbre de trabajadores pobres y aplicados. Aparte de que son la cantera inagotable que nutre las filas del ejército y la marina, sin ellos no habría disfrute posible ni podrían explotarse los productos de un país. Para hacer feliz a la sociedad [que, naturalmente, está formada por los que no trabajan] y conseguir que el pueblo viva dichoso, aun en momentos de escasez, es necesario que la gran mayoría permanezca inculta y pobre. El conocimiento dilata y multiplica nuestros deseos, y cuanto menos deseos tenga un hombre, más fácil es satisfacer sus necesidades.
(...)
Aunque una persona poseyese 100,000 acres de tierra y otras tantas libras esterlinas e igual número de cabezas de ganado, ¿qué sería, sin obreros, este hombre tan rico, más que un simple obrero? Y como son los obreros los que hacen a la gente rica, cuanto más obreros haya más ricos habrá... El trabajo de los pobres es la mina de los ricos.

¿Orwell o Huxley?




Por Neil Postman.

Orwell, en '1984', advierte que seremos vencidos por la opresión impuesta exteriormente. Pero en la visión de Huxley, en 'Un mundo feliz', no se requiere un Gran Hermano para privar a la gente de su autonomía, de su madurez y de su historia. Según él lo percibió, la gente llegará a amar su opresión, y a adorar las tecnologías que anulen su capacidad de pensar.
Lo que Orwell temía era a los que pudieran prohibir libros, mientras que Huxley temía que no hubiera razón alguna para prohibirlos, debido a que nadie tuviera interés en leerlos.
Orwell temía a los que pudieran privarnos de información. Huxley, en cambio, temía a los que pudieran brindarnos tanta que pudiéramos ser reducidos a la pasividad y el egoísmo.
Orwell temía que nos fuera ocultada la verdad, mientras que Huxley temía que la verdad fuera anegada por un mar de irrelevancia.
Orwell temía que nos convirtiéramos en una cultura cautiva. Huxley temía que nuestra cultura se transformara en algo trivial, preocupada únicamente por experimentar sensaciones varias.
Como Huxley lo destacó en su libro 'Nueva visita a un mundo feliz', los libertarios civiles y racionalistas, siempre alertas para combatir la tiranía, “fracasaron en cuanto a tener en cuenta el inmensurable apetito por distracciones experimentado por los humanos”. En '1984', agregó Huxley, la gente es controlada infligiéndole dolor, mientras que en 'Un mundo feliz' es controlada proporcionándole placer.
Resumiendo, Orwell temía que lo que odiamos terminara arruinándonos y, en cambio, Huxley temía que aquello que amamos llegue a ser lo que nos arruine.

Commercial War


"En el pasado [en China] las calles eran tapizadas con carteles sobre la lucha por las ideas políticas. Ahora la batalla es sobre el poder financiero y las ganacias en los negocios".

Commercial War es un proyecto del fotógrafo Wang Qingsong, del que se puede ver más aquí.

13 de junio de 2007

Why we fight

Ganadora del Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance 2005, esta película documental explora las verdaderas razones por las que Estados Unidos se ha enrolado en un afán armamentista constante y sin tregua.

Coca-Cola y el agua

Datos tomados de www.IndiaResource.org

La falta de acceso al agua limpia y potable es una realidad para más de 1,200 millones de personas (cerca del 20% de la población del planeta), la mayoría de ellas en áreas del mundo que se encuentran en desarrollo. Procurarle acceso al agua potable a la comunidad global es uno de los grandes desafíos de la actualidad.

La compañía Coca-Cola es la empresa de bebidas más grande del mundo y según sus propias palabras, en el año 2004 utilizó 283,000 millones de litros de agua. Desde cualquier ángulo que se le mire, 283,000 millones de litros de agua es una cantidad inmensa - sobre todo en un mundo donde más de 1 billón de personas no tiene ni siquiera para sus necesidades básicas de agua.

Coca-Cola se ufana de tener una relación de uso del agua de 2.7 a 1. Esto significa que, por cada litro que fabrica de su producto, extrae de la tierra 2.7 litros de agua potable. El resto es agua de desecho.

En un mundo donde una de cada 5 personas no tiene acceso al agua potable, es absurdo que cualquiera que sea la compañía, extraiga cantidades tan grandes de agua necesaria para sostener la vida y la convierta en su gran mayoría en agua de desecho. Sobre todo, si se considera que el agua fresca es escasa - sólo un 2.5% de toda el agua del mundo es potable, el resto es agua salada.

En ningún sitio, el flagrante desprecio por el agua y por las comunidades que se sustentan con ella, es más evidente que en India. La compañía normalmente extrae hasta un millón de litros de agua por día en algunas áreas del país. El resultado se manifiesta en bruscos descensos en el nivel de aguas subterráneas, lo cual provoca el faltante de agua para decenas de miles de personas.

En India, la relación que Coca-Cola hace del uso del agua es de 4 a 1 - esto significa que el 75% del agua potable que extrae se convierte en agua de desecho. De manera indiscriminada, la compañía ha descargado estas aguas desechadas en los campos vecinos, contaminando gravemente el resto del agua subterránea y también los suelos.

Los impactos recibidos por las comunidades que viven en los alrededores de las plantas embotelladoras de Coca-Cola no son despreciables. En un país donde más del 70% de la población todavía vive de la agricultura o de aspectos relacionados con ella, apropiarse del agua y emponzoñar el resto de ella junto con el suelo, ha traído consecuencias dramáticas.

Miles de granjeros en toda India luchan por sobrevivir debido a cosechas malogradas como resultado del faltante de agua creado por Coca-Cola.

12 de junio de 2007

Banksy

Plantillas, esténciles, graffitis que sorprenden y te ponen a pensar. Banksy es un artista inglés que convierte la calle en una sala de exposiciones o "asalta" un museo y coloca su obra. Arte, crítica, protesta, performance pero sobre todo múltiples formas de cuestionar y expresar.

Acá un video que recopila parte de su trabajo.



Y acá su sitio para conocer más.

Banksy

La verdadera deuda externa

Discurso del cacique indígena Guaicaipuro Cuatemoc sobre la deuda externa, ante la reunión de jefes de Estado de la Comunidad Europea, en el 2002.

"Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatemoc he venido a encontrar a los que celebran el encuentro. Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace 40.000 años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace sólo 500 años. Aquí pues nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.

El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.

También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda, en España, 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su séptimo mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano! ¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos ¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino a la indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaicaipuro Cuatemoc, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis. Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan "MarshallTesuma" para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización. Por eso, al celebrar el quinto centenario del empréstito, podemos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el fondo indoamericano internacional? Deploramos decir que no. En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la Otan como en Panamá, pero sin canal. En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el tercer mundo. Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiaria jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar.

Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarle a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del tercer mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia. Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra. Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían calculadas en sangre? Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo. Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos. Pero sí exigimos la firma de una carta de intención que discipline a los pueblos deudores del viejo continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica".

11 de junio de 2007

Cerca de nuestro Estilo de Vida Americano

Ahí vamos como país. Aspirando, consumiendo, cultivándonos, viendo tele y ¿por qué no? comiendo como gringos. Aquí, una muestra de nuestros logros: apenas el segundo país en lo que respecta a obesidad. El gran sueño de la derecha: el primer mundo está cerca.



(gráfica publicada en swivel.com)

La Privatización Cucaracha

Extractos del artículo "Pemex. De la privatización hormiga a la privatización cucuaracha", escrito por Alfredo Jalife-Rahme.

Hay que reconocer la férrea consistencia ideológica en privatizar Petróleos Mexicanos (Pemex) de la imperante tiranía financiera neoliberal que gobierna México desde hace un cuarto de siglo: a partir de De la Madrid Hurtado, quien inició la "privatización hormiga" en forma gradual y que fue proseguida por Salinas, Zedillo y Fox (quinazo, "accidentes" explosivos, descuartizamiento administrativo, Pemexgate, Pidiregas, contratos de servicios múltiples, desmantelamiento del Instituto Nacional del Petróleo, etcétera), hasta el bushiano Felipe El Breve, quien profundiza sus alcances mediante la "privatización cucaracha" -a escondidas de la nación por fobia a la transparencia luminosa de los rayos del sol-, con las tramposas "alianzas estratégicas" y la venta de los oleoductos.

Tres días antes de la llegada de Baby Bush a Mérida, para acelerar primordialmente la privatización de Pemex, The New York Times publicó un extenso reportaje de la amazona Elizabeth Malkin que plantea de manera absurda la inviabilidad financiera de la paraestatal.

El NYT, un periódico muy mendaz, sobre todo cuando se trata de expoliar el petróleo ajeno, como sucedió con su montaje de "armas de destrucción masiva" para justificar la ilegal invasión anglosajona a Irak, sirve de alfombra al designio privatizador de Baby Bush, quien tiene incrustados a varios "topos" y "tapaderas" en el gabinete de Felipe El Breve, como el más conspicuo Téllez Kuenzler, representante del bushiano Grupo Carlyle, quien se pronunció hace un decenio, cuando fue secretario de Energía zedillista, en regalar el petróleo mexicano a las trasnacionales texanas a seis dólares el barril.

Diez años más tarde, el "oro negro", después de haber rasguñado 80 dólares, se encuentra en torno de 60 dólares el barril, lo cual delata los alcances de los actos canallas del cordobista Téllez en toda su carrera "pública" de socavamiento y desmantelamiento deliberados de la infraestructura nacional. ¿Se encuentra el gobierno de México, en el cuarto de siglo de su aciaga etapa neoliberal, en manos de sus peores enemigos?

Nada casualmente, la reportera amazona del NYT, Elizabeth Malkin, y el director zedillista-entreguista de la paraestatal petrolera, Reyes alias Herodes (cuya triste función es asesinar al "niño Pemex"), "coinciden" en afirmar que son dos los problemas mayúsculos de la paraestatal: "conocimiento técnico" y "dinero". A nuestro juicio, tales "carencias" abultadas serían subsanadas con un simple golpe conceptual de timón: el cambio del parasitario modelo neoliberal.

El problema no es Pemex, sino el estéril modelo neoliberal que ha transformado al Banco de México (BdeM) en una entidad autónoma para aplicar unilateralmente una fracasada política monetarista y ofertista-fiscal thatcherista-reaganiana (supply-side economics) que ha desahuciado al país en el reciente cuarto de siglo con el fin de beneficiar, al exterior, a la globalización financiera de Estados Unidos y, al interior, a una plutocracia estéril permanentemente rescatada[...].

[..]el BdeM, gracias a su condición supraestatal, que le confiere en forma inmanente el improductivo modelo neoliberal local, se ha arrogado (en conjunción con la Secretaría de Hacienda que controla de facto a Pemex) el derecho unidireccional de aplicar una política monetarista y ofertista-fiscal thatcherista-reaganiana que absorbe los ingresos descomunales de la paraestatal petrolera (más de 500 mil millones de dólares en el aciago sexenio foxiano y más de 110 mil millones en su último año de gobierno dilapidador) para redirigirlos y/o transducirlos selectivamente a los sectores parasitarios gerenciales y a la estéril burocracia neoliberal subsidiados con 40 por ciento de ingresos fiscales que aporta la "quebrada" Pemex.

La plutocracia parasitaria ha dejado de pagar cómodamente parte sustancial de sus tributos y ha secuestrado al resto de la nación como contribuyente cautivo. La clase media en su conjunto, los obreros y los miserables han sido despojados de su participación en el reparto del maná petrolero y son obligados a subsidiar de forma aberrante el crecimiento descomunal de la parasitaria plutocracia oligopólica[...].

[...]El problema, insistimos, no es Pemex, sino el modelo neoliberal imperante que es al que urge cambiar.

[...]La decisión sobre el futuro de Pemex deberá ser responsabilidad de los más impolutos personajes seleccionados entre todos los partidos, la clase profesional y los ciudadanos de México, además de los gobernadores de los estados productores de petróleo, que deberán formar parte de su consejo de administración, en lugar de connotados cleptócratas.

Aun aceptando sin conceder el "medio punto" de la "victoria" de Felipe El Breve (el "desquite de Fox") que condonó el fétido IFE, el gobierno no cuenta con un mandato ex profeso para actuar en forma unilateral sobre el destino de los energéticos que deberá proceder de una decisión plural, transparente y consensuada para gozar de la legitimidad faltante, a riesgo, parodiando a los clásicos griegos, de violentar el "orden natural de las cosas".

Peor aún: se intenta privatizar Pemex en forma tangencial (la "privatización cucaracha") cuando la coyuntura internacional favorece a los estados nacionales por encima de las trasnacionales (lo cual acaba de ser destacado por The Financial Times, "Las nuevas siete hermanas", 12.3.07), debido al dramático giro del nuevo orden geoenergético global[...].

Qué es Tittytainment

Tittytainment es el nombre que recibe la propaganda destinada a proteger los principios capitalistas y neoliberales que dirigen la globalización. Es una forma cualificada de propaganda, censura y desinformación cuyo objetivo fundamental consiste en minimizar, a los ojos de las ciudadanías de los países democráticos occidentales, los efectos nocivos que el tipo particular de globalización que está desarrollándose en el mundo estaría causando en la mayor parte de la población mundial, así como en el ecosistema, siempre según el punto de vista de los altermundistas y miembros de los diversos movimientos antiglobalización.

El vocablo tittytainment (entetanimiento) fue acuñado en 1995 por el ideólogo neoliberal, miembro de la Trilateral y consejero del ex-presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, Zbigniew Brzezinski, durante la celebración del primer "State Of The World Forum", en el Hotel Fairmont de la ciudad de San Francisco. El objetivo del encuentro era determinar el estado del mundo, sugerir objetivos y metas deseables y proponer principios de actuación para alcanzarlos y establecer políticas globales para conseguir su implementación. Los líderes reunidos en San Francisco (Mihail Gorbachew, George H. W. Bush, Margaret Thatcher, Vaclav Havel, Bill Gates, Ted Turner, etc.) llegaron a la conclusión de que es inevitable la llegada de la denominada "sociedad 20:80", aquella en la que el trabajo del 20% de la población mundial será suficiente para sostener la totalidad del aparato económico del planeta. El 80% de la población restante así, resultará superflua, no dispondrá de trabajo ni de oportunidades de ningún tipo e irá alimentando una frustración creciente.

Es aquí donde entró en juego el concepto propuesto por Brzezinski. Brzezinski propuso el entetanimiento, una mezcla de alimento físico y psicológico que adormecería a las masas y controlaría su frustración y sus previsibles protestas. El mismo Brzezinski explica el origen del término entetanimiento, como una combinación de los vocablos ingléses "tits" ("pechos" en argot estadounidense) y "entertainment" que, en ningún caso, debe entenderse con connotaciones sexuales y sí, por el contrario, como alusivo al efecto adormecedor y letárgico que la lactancia materna produce en el bebé.

(tomado de wikipedia)

9 de junio de 2007

Tittytainment

A través de una propaganda constante y astuta se puede hacer que la gente vea el paraíso como si fuera el infierno y viceversa, que considere la forma de vida más miserable como el propio cielo.
Adolf Hitler. Mi lucha.


Foto: AP

Foto: AP

Entetanimiento

Sólo a través del prisma del Entetanimiento se puede comprender por qué...

... cada 3,6 segundos un niño muere de hambre, tras una agonía inimaginable, y nadie mueve un dedo para evitarlo; y ello en un mundo que produce más del doble del alimento necesario para alimentar al 100% de la población del planeta.

... decimos que vivimos en la "Era de la Información" a pesar de que más de la mitad de la población mundial no ha hecho, ni podrá hacer jamás, una sola llamada telefónica.

... hay más de 100 conflictos armados en el mundo que causan millones de muertos al año (siendo el 90% de éstos, víctimas civiles) y que suponen ingentes beneficios para las empresas occidentales.

... es perfectamente posible comprar un niño, como esclavo, por 300 dólares.

... la obesidad es una de las principales enfermedades del primer mundo mientras que más de 2.500 millones de personas pasan hambre.

... el FMI y la OMC coaccionan a los paises pobres para que apliquen políticas económicas que los sumen cada vez más profundamente en la pobreza.

... la invasión armada de Irak, motivada por la codicia del petroleo, y emprendida (según la ONU, y antes de la invasión) en violación del Derecho Internacional, sea llamada "guerra por la libertad".

... compramos sin inmutarnos juguetes para nuestros hijos fabricados por niños esclavos en China y otros países.

... más del 60% de la población mundial carece de agua potable y lo que se hace para "solucionar" esta carencia es acelerar la privatización de todos los recursos acuíferos del planeta.

... las decisiones que afectan a los ciudadanos de los paises democráticos se sustraen a los parlamentos de estos paises en beneficio de grandes organismos internacionales de funcionamiento autoritario sobre los que la ciudadanía no tiene ni información ni posible control, sin que esta ciudadanía reaccione en forma alguna.

... se oculta que el mundo puede "globalizarse" de muchas formas y que, la que se ha elegido, es solo una de muchas posibles.

... miramos hacia otro lado cuando se nos dice que hay más de 300.000 niños que han sido brutalizados hasta convertirlos en soldados despiadados.

... el consumismo, la ansiedad, y la falta de interés por los problemas de los más desfavorecidos se están adueñando de los jovenes del primer mundo.

... un país en principio democrático, los EEUU, detiene, públicamente y durante años, sin formular cargo alguno y sometiendo a torturas (según la ONU), a más de 500 personas en un campo de concentración.

...las ONG's, a pesar de todas sus buenas intenciones, sólo sirven para tranquilizar las conciencias de los ciudadanos del primer mundo.

... el neoliberalismo y el capitalismo salvaje se siguen considerando políticas aceptables a pesar de las pruebas irrefutables de su nocividad para la mayoría de la población mundial.

... un lerdo con historial criminal (según el propio Departamento de Estado de EUA) como George Bush puede llegar a dictar normas que obligan a los ciudadanos de paises en teoría democráticos de todo el mundo.

... la economía especulativa, aquella que no produce otro beneficio que el aumento de las cuentas corrientes de sus ejecutores, ha pasado de suponer el 2% de la actividad económica mundial (a inicios del S. XX), a ser superior al 98%.

... los medios de comunicación se han transformado en obedientes oficinas de prensa de las grandes multinacionales.

... los modernos neoliberales se proclaman herederos del liberalismo del s. XVIII pese al absoluto y sistemático desprecio de la abrumadora mayoría de principios que aquellos sostenían; y todo ello ante el silencio más asombroso de la comunidad académica.

Tomado de www.entetanimiento.com

Cuánto cuesta la guerra en Irak

Y qué se podría hacer con ese dinero.



Tomado de La Vanguardia

7 de junio de 2007

Desmantela a una corporación

El paraíso de los ricos

Artículo publicado por Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente personal, el 6 de junio de 2007, en El Universal.

Sudáfrica es un buen caso de estudio de cómo un modelo económico excluyente puede demoler los avances democráticos y regresar la tensión e inestabilidad

CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica.- Aquí, en la punta del continente africano, las cosas parecen idílicas. En el campo de batalla de lo que apenas hace 10 años era un país en camino directo a la guerra civil por el racismo y el apartheid que generaban presiones y violencia crecientes, hoy se levantan modernos edificios inteligentes, hay una avenida llena de restaurantes de moda y clubes nocturnos, mientras que por sus amplias e impecables calles llenas de jardines circulan Ferraris y Lamborghinis, cuya venta per cápita supera a la de la mayoría de los países industriales. La riqueza que muchas veces se desparrama ante la primera mirada del visitante no muestra ningún pudor o frontera.

En los suburbios de esta ciudad se encuentran no sólo los mejores viñedos de Sudáfrica, sino algunas de las residencias más caras del mundo, que pueden ser adquiridas por cualquiera que pueda pagar entre 6 y 19 millones de dólares. Todo el terreno del puerto de la bahía, su Waterfront (la puerta de entrada donde se filmaron las escenas finales de la película Diamante de sangre), de hoteles de lujo, marinas, yates y restaurantes, joyerías y boutiques, fue adquirido por desarrolladores de Dubai que pagaron mil millones de dólares, para invertirle otros mil millones durante los próximos cuatro anos y convertirlo en "la Riviera de Africa".

En Johannesburgo, a casi mil 600 kilómetros de aquí, las cosas no son diferentes. El distrito de Gauteng, al cual pertenece, es un abanico de opulencia que tiene, además, sus nichos para los que más poseen, como en Sandton, su barrio más exclusivo, donde apenas en noviembre se vendió un penthouse en 25 millones de dólares.

Sudáfrica es uno de los querubines del capitalismo global, que apoyó a Nelson Mandela a salir de la cárcel primero, y a convertirlo luego en el primer presidente producto de elecciones democráticas. Su successor, Mbeki Thabo, mucho menos carismático que Mandela pero más eficaz como líder político, ha profundizado el arribo de esta nación a un grupo selecto de países emergentes donde todos están poniendo los ojos para invertir. Thabo, que ya gobernaba el país desde las sombras de la vicepresidencia en el gobierno de Mandela, ha llevado a Sudáfrica a una gran expansión corporativa.

El despegue ha ampliado el valor del único millonario en la lista de Forbes que había hasta hace tres anos, Nicky Oppenheimer, cuyo imperio familiar en la minería y en los diamantes lo ubican en el lugar 158 entre los más ricos del mundo, e incorporado en la última lista a Johann Rupert, en el lugar 194, gracias a las ventas de artículos de lujo de sus marcas, entre otras, Cartier, Dunhill y Chloe.

Cada uno tiene una fortuna que supera el producto nacional bruto de sus vecinos Zimbawe, dos veces el de Lesoto, cuatro veces el de Mauritania, y juntos tienen más recursos que Namibia. La estrategia económica de Thabo también generó millonarios locales, dos de ellos que son una paradoja de la lucha que se vivió aquí: Cyril Ramaphosa y Tokyo Sexwale, que lucharon hombro con hombro con Mandela, como líder sindical y organizador de grupos de resistencia, respectivamente, y que hoy amasan una fortuna combinada que, para alcanzarla, los 23 millones de sudafricanos que viven debajo de la línea de pobreza tendrían que trabajar, cada uno, más de 172 mil días.

En efecto, este paraíso idílico realmente no lo es cuando se le empieza a rascar un poco. Si, por ejemplo, un visitante pone atención a los alrededores del aeropuerto internacional de Ciudad del Cabo, al que llegan diariamente aviones directos de Europa, Estados Unidos y Sudamérica, podrá notar el hacinamiento interminable de casuchas de asbestos sin los más mínimos servicios.

De hecho, solo 12% de los casi 47 millones de sudafricanos tiene agua potable y las condiciones de vida siguen siendo tan escasas para la mayoría que la expectative de vida no rebasa los 47 años. Fenómeno que viven todas las naciones emergentes, la desigualdad es la marca de la globalización. Sudáfrica es, sólo detrás de Brasil, el país más inequitativo del mundo. Fenómeno también de las democracias novicias, la falta de una segunda generación de desarrollo político está creando nuevos polos de tension e inestabilidad.

"El fin del apartheid significó la igualdad constitucional y el derecho de voto, pero no tocó su punto más importante: la posesión", escribió recientemente en el periódico Cape Times el alcalde del Cabo Occidental, cuya capital es Ciudad del Cabo, Ebrahim Rasool. El colonialismo y el apartheid habían creado, en palabras de Rasool, "un huevo revuelto" de desposeídos y explotados por unos cuantos privilegiados, sumado al racismo, la subyugación de los negros y la separación social con base en el color de la piel. En toda esta década de la nueva Sudáfrica, "la nación del arcoiris" -como la definió el arzobispo Desmond Tutu, uno de los cinco premios Nobel de la Paz que se ganaron durante esa larga lucha- no tuvo un diseño institucional que resolviera ese problema fundamental de la posesión. Mandela no lo tocó, y Thabo está buscando conciliar la diferencia con una política agraria para repartir la tierra entre los pobres.

El problema es que la mayoría de Sudáfrica está despoblada -60% del total de la población se concentra en vastas ciudades perdidas entre Johannesburgo y la capital Pretoria- y la tierra cultivable no llega a 13% de la superficie total.

El capitalismo salvaje en el que ha vivido este país produce extrañas paradojas, que tienen a este pueblo con uno de los índices de desarrollo humano más bajos del mundo, el tercero con la tasa de desempleo más alta, una corporación de telecomunicaciones que tras el fin del apartheid se expandió a todo el continente creciendo en 1000%, y la decima bolsa de valores del mundo. El modelo económico está fallando, y la falta de reformas de segunda generación ha llevado al desencanto de la democracia, pues las altas expectativas de cambio que tenían en ella no se tradujeron en beneficios para todos, y se están convirtiendo en detonantes sociales.

Aquí se empieza a notar la creciente delincuencia que toca la puerta de todos. Una de las residencias oficiales del presidente Thabo fue saqueada hace poco tiempo, y tanto el ministro de Seguridad de Gauteng como el fiscal de Johannesburgo fueron asaltados en sus casas. Ante la ausencia de una sociedad más igualitaria, parecen inevitables las venganzas de los desplazados. De hecho, la estructura económica del apartheid se mantiene intacta, beneficiando a los blancos y a unos cuantos negros que han estado cerca del poder.

El problema de Sudáfrica es problema de muchos. Es una historia conocida en países distantes, donde las élites políticas y gobernantes quieren seguir manipulando y engañando a muchos. Pero hay límites, como en Sudáfrica, donde se está llegando al final de ese camino.

5 de junio de 2007

Kapitaal

¿Qué tanto estamos expuestos a estímulos visuales dirigidos? ¿Qué tantos de estos estímulos, son publicidad? Kapitaal, un video realizado por Studio Smack, es una atractiva revelación.

De la Autodeterminación a la Globaliobediencia

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente.

El proyecto de autodeterminación nacional

En los años setenta en México se limitaron los campos en los que podía incursionar la inversión extranjera por sí sola o en participación con el capital nacional; al tiempo que se legisló para estimular la difusión de la tecnología e incentivar su rápida asimilación, se creó el Conacyt para impulsar la ciencia y la tecnología nacionales, y se apoyó vigorosamente la educación superior pública. Fue el último eslabón, y por ello el más ambicioso, de un proyecto de nación (nacionalismo revolucionario) que ha muerto hace mucho. Algo similar ocurría en muchos países de América Latina.

Queríamos el desarrollo, una idea que cobra fuerza después de la Segunda Guerra Mundial con el auge de los movimientos independentistas en Asia y África. Las nuevas naciones querían ser algo más que colonias con bandera propia. En América Latina aspirábamos al desarrollo industrial propio basado en empresas nacionales. La inversión extranjera la conocíamos muy bien en las plantaciones bananeras y sabíamos que eso no era el desarrollo. Para desarrollarnos requeríamos nuestra propia capacidad industrial. Subrayo la palabra nuestra con todo propósito. La capacidad industrial es mucho más que el funcionamiento en nuestro territorio de empresas modernas que contratan trabajadores mexicanos. Eso también lo conocíamos con las empresas petroleras y mineras extranjeras. Eso tampoco era el desarrollo. Este requiere capacidades colectivas para generar, adaptar y asimilar tecnologías avanzadas y para poseer y gestionar empresas propias que operen esas tecnologías. Con ese propósito se crearon en los años setenta las leyes e instituciones que mencioné en el primer párrafo. Queríamos un país con autodeterminación política, económica, financiera y tecnológica, en el cual los mexicanos fuésemos los conductores de nuestros propios destinos.

Durante la vida de este proyecto de autodeterminación nacional usamos las posibilidades existentes de financiamiento externo pero, sobre todo entre 1930 y 1970, financiamos nuestro desarrollo básicamente con recursos propios. El modelo económico con el cual se instrumentó este proyecto de nación fue el de industrialización sustitutiva de importaciones (ISI). Este modelo fue exitoso. Sin embargo, en los años setenta entró en crisis.

La "globaliobediencia"

La mayor parte de los países de América Latina confundieron el modelo con el proyecto de nación y, cuando abandonaron finalmente el ISI, en medio de la crisis de la deuda de los años ochenta, abandonaron también el proyecto de autodeterminación nacional. Arrojaron al bebé con el agua sucia de la bañera. América Latina se quedó sin modelo económico y sin proyecto de autodeterminación nacional. El proyecto de autodeterminación nacional fue sustituido por la "globaliobediencia". Aquí ya no hay proyecto nacional. Hay solamente una actitud de plena obediencia. Como dice Vicente Fox, el FMI marca el camino, nosotros obedecemos.

LA "globaliobediencia" parte de premisas opuestas de la autodeterminación. Si ésta parte de la fe en nuestras propias potencialidades (podemos hacerla solos si así nos lo proponemos), aquélla supone que sólo podemos con el apoyo del capital y la tecnología provenientes del exterior. Por tanto, en vez de limitar la inversión extranjera, debemos invocarla mediante toda clase de rituales y evitar cualquier cosa que le moleste. Mientras la autodeterminación, por tanto, conduce a una actitud científica, el dominio de las condiciones que harán posible la realización de las potencialidades, la "globaliobediencia" conduce al pensamiento escolástico y al mágico-religioso, que supone que la verdad es revelada y ha sido magistralmente sintetizada en la nueva Biblia: el Consenso de Washington (ahora enriquecido en Monterrey).

En la "globaliobediencia" en la que vivimos, de lo que se trata es de aceptar las reglas dictadas por los que saben y pueden, cumplirlas fielmente, rezar por la reactivación de la economía estadounidense, y preparar nuestros recursos humanos para hacer lo que en la nueva división internacional del trabajo nos toca: operar lo que ha sido desarrollado y diseñado en el exterior.

La nueva división internacional del trabajo

En efecto, en la nueva división internacional del trabajo la división entre poderosos y débiles ya no es entre producción primaria y producción industrial, sino entre desarrollo-diseño y operación. Ahora buena parte de la producción de bienes industriales se lleva a cabo físicamente en los países débiles. Las computadoras se desarrollan y diseñan en EE.UU pero se "producen" en una cadena fragmentada en China, Guadalajara, Indonesia. Los del Primer Mundo llevan a cabo las labores creativas, nosotros las repetitivas. Eso sí, los "globaliobedientes", muy orgullosos, muestran el éxito exportador de la industria asentada en el territorio nacional. Pero esta división no sólo se da en la industria. En los servicios pasa lo mismo. Las franquicias (por ejemplo en fast food o en hotelería) no son otra cosa que la codificación de reglas de operación muy detalladas. Los que codifican las reglas y desarrollan los insumos estandarizados y obligatorios, son las empresas trasnacionales. El empresario nacional compra todo empaquetado y sólo tiene que operarlo.

El personal que va a operar estas "fábricas de movimientos repetitivos normados desde afuera" requiere de una educación que es cualquier cosa menos el desarrollo de capacidades de pensamiento independiente y crítico. No necesitamos personal que desarrolle tecnología. Eso sí, se requerirán muchos abogados y administradores y muchos técnicos medios. El modelo de universidades tecnológicas impulsado por Zedillo es el pauta ideal para un país maquilador. La "globaliobediencia" es pobreza de espíritu para todos y, para la mayoría, es también pobreza material.

Algunas evidencias


Algunos países del este asiático proveen las mejores evidencias de cómo la autodeterminación se asocia con el desarrollo, incluso en la época de la globalización. Veamos qué dice al respecto Joseph Stiglitz, premio Nóbel de Economía 2001 y ex miembro destacado del establishment internacional: "De todos los países, los del este de Asia son los que más han crecido y han hecho más para reducir la pobreza. Y lo han hecho, resaltémoslo, vía la globalización. Su crecimiento ha estado basado en las exportaciones, aprovechando el mercado global de exportaciones y cerrando la brecha tecnológica... Sin embargo, mientras algunos países de la región crecieron abriéndose a las compañías trasnacionales, otros, como Corea y Taiwán, crecieron creando empresas propias. Esta es la distinción clave: algunos de los países que han tenido mayor éxito en la globalización determinaron su propio ritmo de cambio; cada uno se aseguró que los beneficios del crecimiento fueran distribuidos equitativamente, y rechazó las presunciones básicas del Consenso de Washington, que postulaban un rol mínimo para los gobiernos y rápidos procesos de privatización y liberalización". Está muy claro aquí que estos países del este de Asia tienen un proyecto de autodeterminación nacional y que su éxito ha dependido de ello. La orientación a la exportación fue, en su momento, una decisión autónoma, basada en su apreciación de lo que era mejor para el país. Su rechazo al Consenso de Washington, su desobediencia, marca la esencia de la autodeterminación.

La obediencia globalifílica es también obediencia al "mercado". Para citar otra vez a Stiglitz: "En el este de Asia, el gobierno asumió un papel activo en el manejo de la economía... Los mercados financieros estaban sumamente regulados. Mi investigación muestra que esas regulaciones fomentaban el crecimiento. Fue sólo cuando estos países desmantelaron las regulaciones, presionados por el Tesoro estadounidense y el FMI, que los problemas comenzaron". Obedecer las fuerzas ciegas del mercado conduce al desastre, como argumenta Stiglitz, analizando la crisis de 1998 que arrastró a muchos países del este de Asia. Pero más allá de ello, implica la renuncia a un manejo conciente, autodeterminado, de la economía. Si Greenspan fuese obediente a las fuerzas del mercado, no movería por decreto las tasas de interés como lo hace. No hay, sin embargo, ningún neoliberal que se atreva a criticarlo por distorsionar el mercado. La creencia en la mano invisible que conduce al bienestar para todos es una careta que se ponen los "globalipoderosos" para controlar a los "globaliobedientes".

Paradojas del capitalismo


El capitalismo es un sistema económico sumamente contradictorio. Por una parte, revoluciona la ciencia y la tecnología (las fuerzas productivas) y transforma radicalmente el globo terráqueo. A partir del derrumbe de las economías centralmente planificadas, el capitalismo se ha vuelto totalmente hegemónico. Adam Smith citaba a su maestro, Ferguson, quien decía que la división del trabajo estaba convirtiendo a Inglaterra en una nación de idiotas (esclavos). Se refería más a la división técnica del trabajo (división en operaciones parciales al interior de una empresa) que a la división social del trabajo (la que permite que unos produzcan alimentos y otros calzado, por ejemplo). El trabajo repetitivo que la división técnica del trabajo genera (expresada magistralmente por Chaplin en Tiempos Modernos) priva al trabajo de su esencia creativa y transformadora, convirtiéndolo en trabajo enajenado. En ese sentido convierte al trabajador en esclavo.



Librado el mercado a sus propias reglas, sin el poder compensatorio de los sindicatos ni el poder regulatorio del Estado, conduce a grados de explotación infrahumanos de los trabajadores. La pobreza más extrema. La vida digna y civilizada de los trabajadores en los países del centro y en las ramas modernizadas de todo el mundo se logró mediante la organización y las luchas obreras que condujeron a la reglamentación legal de los derechos de los trabajadores, derechos globalizados en la Organización Internacional del Trabajo (la OIT, que existió, por cierto, antes que la ONU). Estas luchas obreras, lejos de frenar el desarrollo del capitalismo, fueron la base de su constante capacidad innovadora. A cada triunfo de la clase obrera, las ganancias bajaban, lo que estimulaba la búsqueda de innovaciones adicionales para recuperar las tasas de ganancia.

Pero Smith veía, al mismo tiempo, en la división del trabajo (de ambos tipos) el origen de la riqueza de las naciones. La división del trabajo supone el intercambio de bienes y servicios, es decir, el mercado. La globalización es la conversión, que se ha acelerado en los últimos 15 años, de los mercados nacionales en un único mercado mundial. La unificación del mercado, sin embargo, ha sido parcial. Se han unificado los mercados de bienes, servicios y de capitales. Los mercados de la fuerza de trabajo, la mercancía que marca el sello distintivo del capitalismo, no sólo no se han unificado, sino que las trabas migratorias en los países del Primer Mundo han venido aumentando. Al otorgarle al capital y a las mercancías plena movilidad internacional, pero no al trabajo, la globalización cambió las condiciones de la lucha entre el capital y el trabajo. El capital puede chantajear a los trabajadores y al gobierno con irse a otro país.

Como dice Stiglitz, el recurso móvil obliga a los demás a la disciplina: "Hoy en día un país que no trate bien al capital verá rápidamente cómo éste se retira. En un mundo de libre movilidad del trabajo, si un país no tratase bien al trabajo calificado, éste también se retiraría. Los trabajadores se preocuparían de la calidad de la educación y el cuidado de la salud de su familia, la calidad del medio ambiente, sus condiciones de trabajo y sus salarios. Ellos dirían al gobierno: si no nos proporcionas estos beneficios esenciales, nos iremos a otro lado. Sería algo muy diferente a la disciplina que deriva del libre flujo de capitales". En este ejemplo queda claro por qué la globalización genera pobreza. Al cambiar la correlación de fuerzas entre el trabajo y el capital, disminuyen los salarios reales. El factor compensatorio del sindicato perdió fuerza. El poder regulatorio del Estado no rebasa las fronteras nacionales y la OIT carece de todo poder coercitivo, no participa en la Organización Mundial de Comercio ni en los acuerdos de libre comercio. Países como Corea, centrados en su propio capital nacionalista que no chantajea con retirarse, resultan privilegiados en este sentido.

¿Podrá un país "globaliobediente", hoy día, replantear su situación, proponerse un proyecto nacional autodeterminado, rechazar el Consenso de Washington y resultar exitoso? Sin duda no sería un camino fácil, pero mi impresión es que están madurando las condiciones que lo hacen posible.

—Julio Boltvinik. Economía Moral.

4 de junio de 2007

Hacking democracy

Fragmento del documental "Hacking democracy" que muestra que no importan los votos, sino quién los cuenta. Pueden ver el resto en youtube

Teledictadura

Aquí, un par de extractos de Teledictadura, un documental sobre el poder de la televisión en el país. El resto puede ser visto en Youtube.



La privatización del Apocalipsis

Comenzado como el supersecreto “Proyecto Y” en 1943, el Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México ha sido durante mucho tiempo la institución capital del complejo norteamericano productor de armas atómicas. Allí nacieron Fat Man (el gordo) y Little Boy (el muchachito), las dos bombas nucleares que los EEUU lanzaron sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. El año pasado, la Universidad de California, que había gestionado el laboratorio desde su fundación para el Departamento de Energía, decidió poner a subasta Los Álamos. En diciembre de 2005, el gigante de la construcción Bechtel ganó un contrato de 553 millones de dólares anuales para gestionar este desperdigado complejo, que emplea a más de 13.000 personas y cuenta con un presupuesto anual estimado en 2.200 millones de dólares.


(Applause, por Banksy)

“Privatización” es palabra que no ha dejado de aparecer en las noticias desde que George W. Bush llegó a la Presidencia. Su Administración ha reducido radicalmente las dimensiones del Estado, transfiriendo a compañías privadas funciones públicas cruciales: cárceles, escuelas, agua, bienestar, asistencia sanitaria (Medicare) y servicios públicos, no menos que las actividades de naturaleza bélica. Y sigue sin cejar en el empeño. Más allá de Washington, las trampas y añagazas de la privatización se echan de ver un día sí y otro también en Irak, en donde empresas como Halliburton han cosechado miles de millones en contratos. En el desempeño de puestos de trabajo otrora ocupados por miembros de las fuerzas armadas –desde la construcción de bases y el correo, hasta los servicios alimentarios—, han estafado al gobierno al tiempo que socavaban la seguridad y la incolumidad de las fuerzas norteamericanas suministrando servicios y productos de poca calidad. A Halliburton se ha unido una industria casera de empresas dedicadas a la intendencia militar que han acabado responsabilizándose de todo, desde el transporte hasta los interrogatorios. En el frente bélico, la actividad de esas empresas privadas es ubicua, resulta cada vez más indispensable y está, en grandísima medida, falta de regulación: una combinación letal.

Ello es que, ahora, el largo brazo de la privatización está llegando a lo inimaginable, hasta lo más hondo, al corazón mismo del aparto nacional de seguridad: al laboratorio en el que los científicos aprendieron a represar la fuerza del átomo hace más de 60 años creando armas de proporciones apocalípticas[...]

—Frida Berrigan, 2006.