31 de diciembre de 2007

México y Malawi: ahí está el detalle

Artículo publicado en La Jornada escrito por Luis Hernández Navarro.

Salvo porque sus nombres comienzan con la letra “m”, Malawi y México parecen no tener mucho en común. Las diferencias en el tamaño de la superficie que ocupan, en su población y en sus economías son enormes. Sin embargo, es útil comparar sus políticas agrícolas porque mientras la agricultura mexicana se encuentra al borde del abismo, el país africano ha protegido y vigorizado la suya notablemente.

Durante años, ambas naciones cumplieron fielmente los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial. México, además, siguió al pie de la letra las medidas de liberalización comercial acordadas a raíz de la firma del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), que no son más que una versión más pura de las recetas del llamado Consenso de Washington.

Malawi es una pequeña nación africana sin salida al mar, ubicada en el sureste de África. Cuenta con una población de 12 millones de personas, que viven, en su mayoría, en zonas rurales. Su economía, preponderantemente agrícola, está muy poco desarrollada. La agricultura representa 42 por ciento del PIB y 82 por ciento de sus ingresos por exportación. Cultiva café, té, algodón y maíz. La ayuda internacional es fundamental para su funcionamiento.

En 2005 la cosecha de maíz fue desastrosa. Cinco millones de personas hambrientas requirieron de ayuda alimentaria de emergencia. No obstante, dos años después, la situación cambió drásticamente. Su producción del cereal es ahora excedentaria y la exporta a los países vecinos. Mientras que en 2002 cosechó poco más de medio millón de toneladas del grano, en 2007 alcanzó la cifra de 3.4 millones de toneladas. Malawi vende ahora más maíz al Programa Mundial de Alimentos de la ONU que cualquier otra nación de esa parte de África.

Lo que ha permitido a esa nación pasar de las hambrunas a siembras abundantes puede resumirse en un par de lecciones: subsidiar la producción agrícola, haciendo a un lado las presiones de los organismos financieros multilaterales para que no lo hiciera.

Según el FMI, Malawi tenía una “excesiva dependencia del maíz” y era más conveniente que lo comprara en el mercado mundial en lugar de cultivarlo, pues algunos de sus vecinos lo producen más barato. Un documento de la institución de junio de 2002 reconoce que “la estrategia del gobierno en virtud de los programas de 1998 y 2000 respaldados por el FMI y el Banco Mundial consistió en poner fin a la intervención del gobierno en el mercado de maíz y al mismo tiempo ofrecer subsidios alimentarios enfocados hacia los sectores pobres”.

El resultado de esta política fue fatal. El mismo Banco Mundial tuvo que admitir que la reducción de los subsidios internos había incrementado los precios de los fertilizantes a niveles alarmantes, y que no había reconocido la necesidad de mejorar los suelos. Según el economista Jeffrey Sachs, “los donadores eliminaron el papel del gobierno y se acumularon los desastres”.

En contra de los “recomendaciones” oficiales, Malawi decidió subsidiar los fertilizantes y, en menor medida, las semillas, así como otorgar un estímulo al incremento en la producción. De acuerdo con Patrick Kábame, funcionario del Ministerio de Agricultura, “nuestra gente está pobre porque carece de los recursos para aprovechar el suelo y el agua que tenemos”.

Muy otra es la actitud del gobierno mexicano. Frente a la entrada en vigor de la última fase del TLCAN, que implicará la devastación de amplias franjas del México rural, el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas, aseguró que los productores mexicanos están listos para enfrentar el desafío y descartó que fuera a renegociarse el capítulo agropecuario del tratado. Lejos de reconocer la magnitud del desafío, el Ejecutivo lo enfrenta patrocinando comerciales en los medios electrónicos en los que aparece la golfista Lorena Ochoa defendiendo los “éxitos” de la agricultura patria. Los anuncios son una verdadera confesión de que lo único que conoce la mayoría de los burócratas de Sagarpa son los campos... de golf.

Ahogado el niño, los funcionarios mexicanos se niegan a tapar el pozo. Aunque el agro vive una de sus más severas crisis y a partir del próximo año la situación será aún peor, se niegan a tomar medidas efectivas en defensa del campo. Su estrategia de apostar el futuro del agro a una hipotética resolución de la Organización Mundial del Comercio (OMC), para que Estados Unidos, la Unión Europea y Japón reduzcan los apoyos que brindan a sus productores no funcionó ni funcionará.

Llevar el asunto de los subsidios agrícolas a la OMC está condenada al fracaso. Primero, porque México renunció a los precarios instrumentos de protección que esta institución le ofrecía al pactar el TLCAN en los términos en que lo hizo. Segundo, porque el vecino del norte ha seguido siempre una política de doble moral en este terreno. Y tercero, porque la posibilidad de alcanzar un acuerdo en este punto está más lejos que nunca.

Para acabarla de amolar, la situación en el campo mexicano será aún más adversa a partir de la nueva coyuntura mundial. El nivel de reservas de granos y oleaginosas de acuerdo con los estándares históricos ha disminuido dramáticamente y sus precios se han incrementado. El costo del maíz, trigo, soya, se ha ido a las nubes. También el de los alimentos que se elaboran a partir de ellos, afectando a los consumidores pobres. La Ley agrícola de Estados Unidos próxima a aprobarse no parece contemplar una reducción significativa de las subvenciones. Por supuesto, el gobierno mexicano no ha hecho apenas nada para enfrentar adecuadamente el nuevo reto.

Bingo wa Mutharika, presidente de Malawi, dijo: “mientras sea presidente, no quiero ir a mendigar comida a otras capitales”. Por eso ha incumplido con las presiones de los organismos financieros multilaterales y defendido su agricultura. En cambio, al Ejecutivo mexicano no parece pesarle tener que importar cada vez más alimentos. El resultado de ambas posiciones es que el campo de Malawi florece y el mexicano fenece. Ahí está el detalle.

King Corn

Documental que habla sobre el maíz -la materia prima para crear una sociedad obesa- en nuestra vida diaria. Por cierto, Feliz 1o. de enero.

30 de diciembre de 2007

Planeta hambriento y obeso

En la población rural de Weitaiwu, a 60 millas de Beijing, China, la gente se saluda diciendo "Chi fan le ma?" -"¿ya comiste". La respuesta puede ser "Chi bao le" -"estoy satisfecho". "Hungry planet. What the world eats" (Planeta hambriento. Lo que come el mundo) es un libro que muestra, con imágenes, recetas y datos, la relación que tenemos con la comida. A continuación transcribo unos datos que bien merecen un Alka-seltzer.


Familia Casaleses, Cuernavaca, México.
Gasto semanal en comida: $189.09 dólares.
Gasto semanal en frutas y verduras: $44.21 dólares.
Gasto semanal en bebidas: $39.07 dólares.
Población con sobrepeso en el país, hombres/mujeres: 65/66%
Población obesa en el país, hombres/mujeres: 20/32%
Ranking mundial de consumo de Coca Cola por persona: número 1
Familia Batsuuris, Ulán Bator, Mongolia.
Gasto semanal en comida: $40.02 dólares.
Gasto semanal en frutas y verduras: $8.35 dólares.
Gasto semanal en bebidas: $1.74 dólares.
Población con sobrepeso en el país, hombres/mujeres: 46/66%
Población obesa en el país, hombres/mujeres: 5/25%
Número de restaurantes McDonald's en el país: 0
Familia Cuis, Weitaiwu, China.
Gasto semanal en comida: $57.27 dólares.
Gasto semanal en frutas y verduras: $11.84 dólares.
Gasto semanal en bebidas: $6.73 dólares.
Población con sobrepeso en el país, hombres/mujeres: 28/23%
Población obesa en el país, hombres/mujeres: 1/1.5%
Número de restaurantes McDonald's/KFC en el país (2004): 600+/1200
Familia Al Haggan, Kuwait.
Gasto semanal en comida: $221.45 dólares.
Gasto semanal en frutas y verduras: $46.59 dólares.
Gasto semanal en bebidas: $26.40 dólares.
Población con sobrepeso en el país, hombres/mujeres: 70/77%
Población obesa en el país, hombres/mujeres: 30/49%
Comida importada: 98%
Número de restaurantes McDonald's en el país: 37
Familia Revis, Carolina del Norte, E.U.
Gasto semanal en comida: $341.98 dólares.
Gasto semanal en frutas y verduras: $41.07 dólares.
Gasto semanal en bebidas: $77.75 dólares.
Población con sobrepeso en el país, hombres/mujeres: 72/77%
Población obesa en el país, hombres/mujeres: 32/38%
Consumo anual de refresco/Coca Cola por persona: 54.8/25.7 galones
Número de restaurantes McDonald's en el país: 13,491
Desperdicio doméstico anual de comida: 48 millones de toneladas
Porcentaje de comida procesada con algún ingrediente genéticamente modificado: 75

Planeta hambriento

Esta es la gran ironía de la nutrición: mientras que en el mundo hay cientos de millones de personas que no comen lo suficiente, cientos de millones de personas más comen demasiado, tienen sobrepeso o son obesos. Hoy en día, son más las personas con sobrepeso que las que están por debajo de su peso. Marion Nestle.
Irónico apellido de la autora del prólogo de "Hungry Planet. What the world eats" (Peter Menzel y Faith D'Aluisio), un libro que habla de los hábitos alimenticios de ciertas regiones del mundo a la vez que los muestra fotográficamente. La pregunta obligada ¿somos lo que comemos?

Familia Aymes, Tingo, Ecuador.
Familia Dongs, Beijing, China.
Familia Mendoza, Todos Santos, Guatemala.
Familia Bainton, Collingbourne Ducis, Reino Unido.
Familia Ahmed, El Cairo, Egipto.
Familia Cavens, California, E.U.

19 de diciembre de 2007

Las ventajas del TLCAN

Artículo publicado el 15 de diciembre de 2007 en la Jornada

“El TLCAN se agotó; ya no ofrece ninguna ventaja a México”: BBVA
La falta de acuerdos políticos e institucionales “ha pasado la factura”, indica el grupo español

Acuerdos comerciales de EU con Centroamérica mermaron la competitividad nacional, señala

Roberto González Amador

Convertir al país en un mayor receptor de inversión extranjera directa, la gran apuesta de la apertura comercial y financiera impulsada en México en recientes administraciones para propiciar desarrollo económico, es una estrategia agotada, al menos por ahora.

“Comparados con quienes más avanzan, México se ha quedado rezagado en materia de captación de inversión extranjera”, se asegura en un reporte de BBVA.

Para el grupo financiero español, propietario de BBVA-Bancomer, el principal grupo bancario de México, “las ventajas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se han agotado”.

El consorcio ofrece una explicación sobre el aletargamiento económico de México en años recientes, especialmente a partir de mediados de la década pasada, cuando la profundización de la apertura comercial y financiera fue mencionada como argumento para sentar las bases de un mayor crecimiento económico.

El jueves pasado, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reportó que con un ritmo de crecimiento en 2007 similar al de Haití, México se mantuvo en la parte baja del desempeño económico en América Latina y así seguirá en 2008.

De acuerdo con el organismo regional de la ONU, en 2007 la economía mexicana crecerá 3.3 por ciento, un rango similar al de Haití y apenas arriba de Nicaragua (3 por ciento), los dos países más atrasados de la región. El desempeño de México estará 2.3 puntos porcentuales abajo del promedio de la región.

Para 2008, América Latina crecerá 4.9 por ciento, 1.6 puntos porcentuales arriba del pronóstico de 3.3 por ciento para México en el mismo periodo. La Cepal espera que Haití sí mejore su desempeño y logre un crecimiento de 4 por ciento. Prevé que Nicaragua se ubique en 3.5 y Ecuador en 3 por ciento.



Glorias pasadas

En un reporte publicado a finales de noviembre, BBVA considera que México se ha quedado rezagado como receptor de inversión extranjera directa y comenta que en este rubro el país “está viviendo de glorias pasadas”.

Cuando el gobierno de Carlos Salinas (1988-1994) profundizó el proceso de apertura económica y liberalización financiera, uno de los argumentos de quienes promovieron esta estrategia fue que más inversión extranjera propiciaría mayor crecimiento de la economía. Sobre esa línea se negoció el TLCAN.

“Comparado con quienes más avanzan, México se ha quedado rezagado en materia de captación de inversión extranjera. Puede haber diversas explicaciones, aunque la lección parece clara: el deterioro en los niveles de competitividad y el retraso en los acuerdos institucionales que garanticen estabilidad y mayor crecimiento en el mediano plazo han ido cobrando factura.”

Podría pensarse, añade, que el atractivo de México para albergar inversión ha ido en aumento: el monto captado en 2006, cercano a 19 mil millones de dólares, prácticamente duplica al registrado una década atrás (10 mil millones en 1996); representa, además, 20 por ciento del total destinado a Latinoamérica en el mismo año.

Sin embargo, los números absolutos resultan engañosos: si se miden como proporción del PIB, se observa que, luego del impulso del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, que ubicó a la inversión en niveles cercanos a 3 por ciento en 2000, la tendencia ha bajado desde entonces, aunque atenuada por operaciones financieras. El nivel alcanzado en 2006 es de 2.3 por ciento del PIB, algo similar al alcanzado en 1994, fecha de inicio del TLCAN.

De acuerdo con BBVA, sólo una parte de la inversión extranjera directa reportada, alrededor de 50 por ciento, son capitales frescos. El resto corresponde a cuentas entre filiales, reinversión de utilidades e importación de maquinaria. Comparada con la de hace una década, la inversión en nuevos proyectos pasó de 6 mil 400 millones de dólares a 7 mil 500 millones.

“Importantes al inicio, las ventajas que ofreció el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá a las exportaciones de México se han venido agotando. La especialización en actividades intensivas de mano de obra y bajo nivel de valor agregado rindió sus mejores frutos en los años 90.

“En la presente década, con la firma de acuerdos comerciales en materia textil entre Estados Unidos y diversos países de Centroamérica, pero sobre todo con la entrada de China a la Organización Mundial de Comercio en 2001, las ventajas relativas de México se han ido erosionando”, considera BBVA.

16 de noviembre de 2007

Moon walk y el libre mercado

A mediados de la década de los 80, Michael Jackson era conocido por caminar hacia atrás, cuando el ademán lo hacía parecer caminar hacia adelante. No sabía que con un baile ilustraba, casi de manera literal, el paso de la humanidad en los tiempos que vendrían.

Acoso

Escrito por Eva Usi para el diario La Jornada

Hasan Elahi, artista neoyorquino nacido en Bangladesh, se ubicó en la mira de la FBI como sospechoso de terrorismo por error. El también profesor de arte de la Universidad Rutgers, de Nueva Jersey, fue detenido en el aeropuerto de Detroit cuando volvía de una exposición en Senegal en un vuelo proveniente de Ámsterdam, Holanda.

Llamó la atención por su nombre de sonido árabe y la gran cantidad de millas acumuladas por sus constantes viajes.Elahi recuerda vivamente su llegada el 19 de junio de 2002. “Mostré mi pasaporte, como de costumbre y normalmente te dicen: ‘pase’; pero esta vez no fue así. El oficial se puso blanco cuando lo vio. Me dijo que lo siguiera y me llevó a un cuarto de detención. Después de un rato llegó un hombre de traje oscuro que me dijo que esperaba que yo fuera más viejo”, dice Elahi en conversación con La Jornada. Aquel interrogatorio duró horas, pero lo que más sorprendió a Elahi fue que le preguntaran dónde había estado el 12 de septiembre de 2001.

Su agenda electrónica fue su salvación pues pudo reconstruir sus actividades los días que siguieron a los atentados de Nueva York y Washington. Los servicios secretos estadunidenses creían que Elahi transportaba explosivos para Al Qaeda. En aquel entonces el también artista vivía en Tampa, Florida. Al parecer, una empresa de almacenaje en donde había rentado un espacio denunció a la policía que un hombre árabe había estado almacenando explosivos. “Por cierto que aquel 12 de septiembre fui a pagar la renta de aquel depósito y avisé que dejaría el lugar a finales de mes”, afirma. ¿Qué tenía guardado en dicho almacén? “Ropa de invierno, muebles que ya no uso, cosas que vendería de uno en uno en una venta de garage”, dice riéndose.

Pero en aquel momento el asunto no era de risa. Los agentes lo interrogaron una y otra vez a lo largo de seis meses. “Los agentes de la FBI que tuvieron que ver conmigo eran de temer, no sólo tenían un aspecto físico imponente sino una enorme capacidad para retener información y cuando te enfrentas a ese muro autoritario te comportas de una manera primaria, haces lo que el animal para sobrevivir. En mi caso fue cooperar. Tenía que hacerlo porque de lo contrario sabía que me podían enviar a Guantánamo sin siquiera decirme por qué. Se sabe de tanta gente que simplemente desaparece. El gobierno de Estados Unidos ni siquiera revela cuánta gente tiene desaparecida, quiénes son, ni por qué están detenidos”, afirma.


Del acoso surge la creación

Cuando por fin lo liberaron de todo cargo Elahi pidió una confirmación por escrito a lo que los agentes se negaron rotundamente pues sería reconocer como ilegales los interrogatorios a los que fue sometido. Harto del acoso policial por un delito que nunca cometió y temeroso de que algún día lo enviaran a Guantánamo, el artista pasó a la ofensiva. Desde hace cinco años documenta minuciosamente el transcurrir de su vida y la enseña en Internet. Su sitio www.elahi.org y http://trackingtransience.net, muestran, con ayuda de un GPS y su celular, el lugar exacto en donde se encuentra en tiempo real. Si pasó por Berlín y antes visitó la exposición Documenta en Kassel, el visitante puede ver qué comió, qué compró con su tarjeta de crédito y hasta los urinales que utilizó. Son más de 20 mil imágenes que documentan su vida hasta el absurdo.

Transparencia total fue la respuesta del profesor universitario a la vigilancia paranoica en Estados Unidos y la desconfianza generalizada contra las personas de aspecto árabe o musulmán. “Si tienes un nombre árabe entonces haz de ser musulmán y si es así tendrás explosivos, esa es la lógica. En Estados Unidos hay un enorme miedo al ‘otro’ y el gobierno de Bush ha sido muy efectivo en crear la sensación de ‘nosotros’ contra ‘ellos’”, añade Elahi.

El artista advierte sobre todo de una creciente radicalización en pequeñas localidades en provincia. “Es ahí donde hay que tener miedo: si pareces árabe y estás perdido en un pueblo en Wyoming, ¡cuidado!”, subraya.

En tanto la minuciosa documentación de su vida privada se ha convertido en el tema central de la obra del artista que exhibió este verano en la Bienal de Venecia y el Centro Georges Pompidou de París. Y su página se ha convertido en una especie de Big Brother para muchos: 150 mil visitas diarias registra su sitio electrónico, entre ellas, de la Casa Blanca. “Si buscas la página www.eop.gov no hay ninguna página bajo este dominio pero si te fijas en las direcciones electrónicas de gente que tienen el dominio ‘Executive Office of the President’ todos trabajan en la Casa Blanca. He recibido visitas de ellos, del Pentágono, de la CIA, del departamento de Justicia y de la FBI”.

¿Por qué lo siguen observando? Elahi no lo sabe. “Cerraron mi caso en 2002 pero lo más curioso es que el gobierno estadunidense no esconde ni su identidad ni que me está espiando.”

El imperio del consumo

—José Saramago

La explosión del consumo en el mundo actual mete más ruido que todas las guerras y arma más alboroto que todos los carnavales. Como dice un viejo proverbio turco, quien bebe a cuenta, se emborracha el doble.

[...] La expansión de la demanda choca con las fronteras que le impone el mismo sistema que la genera. El sistema necesita mercados cada vez más abiertos y más amplios, como los pulmones necesitan el aire, y a la vez necesita que anden por los suelos, como andan, los precios de las materias primas y de la fuerza humana de trabajo. El sistema habla en nombre de todos, a todos dirige sus imperiosas órdenes de consumo, entre todos difunde la fiebre compradora; pero ni modo: para casi todos esta aventura comienza y termina en la pantalla del televisor. La mayoría, que se endeuda para tener cosas, termina teniendo nada más que deudas para pagar deudas que generan nuevas deudas, y acaba consumiendo fantasías que a veces materializa delinquiendo.



El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores, ni a las gallinas, ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En la fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche. Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar.

[...] Invisible violencia del mercado: la diversidad es enemiga de la rentabilidad, y la uniformidad manda. La producción en serie, en escala gigantesca, impone en todas partes sus obligatorias pautas de consumo. Esta dictadura de la uniformización obligatoria es más devastadora que cualquier dictadura del partido único: impone, en el mundo entero, un modo de vida que reproduce a los seres humanos como fotocopias del consumidor ejemplar.

El consumidor ejemplar es el hombre quieto. Esta civilización, que confunde la cantidad con la calidad, confunde la gordura con la buena alimentación. Según la revista científica The Lancet, en la última década la «obesidad severa» ha crecido casi un 30 % entre la población joven de los países más desarrollados. Entre los niños norteamericanos, la obesidad aumentó en un 40% en los últimos dieciséis años, según la investigación reciente del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Colorado. El país que inventó las comidas y bebidas light, los diet food y los alimentos fat free, tiene la mayor cantidad de gordos del mundo. El consumidor ejemplar sólo se baja del automóvil para trabajar y para mirar televisión. Sentado ante la pantalla chica, pasa cuatro horas diarias devorando comida de plástico.

—Extractos del artículo El Imperio del Consumo.

11 de noviembre de 2007

América y su guerra con el reino invisible de Satán

Escrito por Norman Mailer.

Estados Unidos quiere la dominación del mundo, pero su pueblo es un desentendido buscador de placeres. Lo que se requiere, entonces, es una fábula con moraleja para asustarlos en las galerías de tiendas y diversiones. El 11 de septiembre llegó muy a tiempo.

Los buenos novelistas y los buenos periodistas mantienen una búsqueda paralela. Siempre intentamos encontrar aproximaciones mejores que la verdad establecida, porque es común que esa verdad se tuerza en aras de poderosos intereses.

Los periodistas se aventuran en este meritorio e intrincado camino cavando la dura tierra en busca de esas criaturas viscosas que llamamos hechos, que casi nunca son lo suficientemente claros como para aflorar como ciertos o falsos.

Los novelistas trabajan de manera diferente. Comenzamos con ficciones, es decir, hacemos suposiciones acerca de la naturaleza de lo real. Puesto de otra manera, vivimos con hipótesis que, si están bien elegidas, pueden enriquecer nuestro intelecto y siempre hay la esperanza de que enriquezcan también el entendimiento de algunos lectores. Después de todo, las hipótesis son una de las incisivas formas en que intentamos estimar lo que pudiera ser la realidad. Cada nuevo fragmento de evidencia que nos allegamos sirve para debilitar o fortalecer una hipótesis. Con una buena premisa podemos acercarnos más a lo real. Una premisa pobre debe ser descartada tarde o temprano.

Analicemos por un momento el estado súper excitado en que se hallan un hombre o una mujer cuando los invaden los celos. Su razón se acelera, sus sentidos se tornan más alertas. Si una mujer cree que su esposo tiene un amorío, entonces cada vez que él llega a casa ella está más alerta de su presencia de lo que había estado en las semanas previas, o meses, o años. ¿Será culpable? ¿Será signo de desasosiego la manera en que dobla la servilleta? ¿Está siendo él demasiado complaciente? Los sentidos de la mujer se avivan ante la posibilidad de que otra mujer –llamémosle Victoria– sea el objeto de su atención. Pronto, la mujer se convence de que él mantiene un romance con Victoria. Definitivamente. No hay duda. Pero luego, una mañana cualquiera ella descubre que la dama está en China. Peor. De hecho, Victoria da clases en Pekín desde hace seis meses. Ergo, la hipótesis fue refutada. Si la esposa sigue convencida de que su esposo le es infiel, otra mujer debe ser la causante.

El valor de una hipótesis es que puede estimular nuestro entendimiento y avivar nuestra concentración. El riesgo es que puede distorsionar. Las buenas hipótesis dependen de preguntas reales, es decir, preguntas que no siempre generan respuestas felices.

Lo que me intriga de las buenas hipótesis es que guardan una relación cercana con la buena ficción. La novela seria busca situaciones y personajes que puedan ser lo suficientemente vivos como para sorprender al escritor. Si uno comienza con una suposición, es frecuente que las acciones de los personajes conduzcan el relato por rumbos algo distantes del plan inicial. En ese sentido, las hipótesis no sólo se parecen a las ficciones, sino que pueden compararse con los reportajes –una vez que se presenta la situación los sucesos subsecuentes pueden actuar como personajes sorprendentemente vivos, que cotejarán o refutarán el desarrollo de la situación que uno imaginó en un principio. El valor de una buena hipótesis, como el de una buena ficción, es que siempre enriquecen el intelecto del autor y el lector –aunque todo resulte más o menos como esperábamos o el devenir de los hechos sea muy diferente.

Una buena novela, como una buena hipótesis, se vuelve un ataque a la naturaleza de la realidad (si el término ataque suena muy violento como noción, piénsenla como indagación intensa). Pero el presupuesto básico es que la realidad es siempre cambiante –mientras más intensa es la situación, más imprevisible será el desenlace. Ninguna buena novela llega nunca a la certeza total, a menos que uno sea Charles Dickens y escriba Un cuento de Navidad. Siendo así, pocas hipótesis llegan alguna vez a un cierre.

En el camino a Irak, no se nos ofrecieron sino algunos cuentos para explicar por qué fuimos tan evidentemente temerarios en favor de la guerra.

Una hipótesis que surgió pronto es que una guerra así sería ruin. No derramemos sangre por petróleo. Ese fue el grito. Otros brindaron una razón mucho más virtuosa que los intereses petroleros estadunidenses: conquistar Irak democratizaría el Medio Oriente. Felizmente se arreglarían los problemas entre Israel y Palestina. En el proceso, esto resultó estar más cerca de un cuento de hadas que de una proposición lógica.

A su vez, el gobierno de George W. Bush nos recalcó la idea de las armas de destrucción masiva. Eso enraizó en el entendimiento estadunidense, cual relato de suspenso y espionaje. ¿Localizaríamos esas pesadillas antes de que voláramos en pedazos? Este fue el argumento más generalizado para ir a la guerra.

Hubo otras hipótesis: ¿encontraríamos a Osama Bin Laden pronto o no lo encontraríamos? Ello se volvió un cuento corto sin final. En vísperas de la guerra, surgió en la noche una sangrienta novela de culto. Se llama Conmoción y Espanto: ¿podemos clavar a tiempo la estaca en el corazón de Saddam Hussein? Los buenos estadunidenses sentían que íbamos a la caza de Drácula.

Hipótesis vívidas. Ninguna se sostuvo. No supimos entonces las razones y aún no comenzamos a ponernos de acuerdo: por qué nos embarcamos en esta guerra, la más miserable de todas. El principio conocido como Navaja de Occam sugiere que la explicación más simple, la que con mayor facilidad responde a una variedad de cuestiones separadas relativas a un asunto desconcertante, es la que tiene mayor probabilidad de ser la explicación correcta. Y de la fórmula del buen obispo Occam puede emerger una respuesta: marchamos a esta guerra de tan total magnitud porque fue la solución más simple que el presidente y su partido hallaron para salir del empantanamiento inmediato en que Estados Unidos se encontraba.

El primer problema es que el futuro científico de la nación y sus posibilidades tecnológicas parecía estar en aprietos. Los empleos en las fábricas estadunidenses estaban en peligro de desaparecer, rebasados por la cantidad de mano de obra en los países del Tercer Mundo. Nuestros expertos sufrían por empatar las habilidades tecnológicas de Europa y Asia. Las relaciones entre la mano de obra estadunidense y las corporaciones amenazaban llegar a la confrontación. Pero no era esa la única nube de tormenta sobre nuestra tierra.

En 2001, antes del 11 de septiembre, se ensanchaba la grieta entre la cultura popular y el fundamentalismo. Desde el punto de vista de la derecha religiosa, Estados Unidos se tornaba descuidado, patán, irreverente y flagrantemente inmoral. La mitad de los matrimonios estadunidenses terminaban en divorcio. La Iglesia católica sufría una serie de angustiosos escándalos.

Enfrentados al espectro de una superpotencia, nuestra propia superpotencia, fuera de orden en lo económico y lo espiritual, la mejor solución pareció ser la guerra. Eso podría ofrecer una avenida para recuperar América –no unificando el país, presten atención, de ninguna manera. Para ese momento, eso era casi imposible. Pero dado que el país estaba profundamente dividido, tal vez hubo que escindirlo aún más, de tal modo que la mitad a la que unos pertenecían, se hiciera mucho más poderosa. Para ello se incitó a los estadunidenses a vivir con todas las incertidumbres de los mitos intentando soslayar el borde filoso de la indagación que implican las hipótesis.

La diferencia es crucial. Una hipótesis abre el intelecto al pensamiento, a la comparación, a la duda, a lo esquivo de la verdad. Los mitos, por su parte, son hipótesis congeladas. Cuestiones muy serias se responden declarativamente, y no hay manera de reabrirlas. Se buscan lecciones morales para niños. El bien prevalecerá sobre el oscuro enemigo. Para el gobierno de Bush, el 11 de septiembre llegó como liberación. Se nos incitó a preocuparnos por la seguridad en cualquier galería comercial de Estados Unidos. El mito avasallador no era simplemente el peligro del Islam, sino su cercanía con nosotros. Para oponer los temores que generamos en nosotros mismos, debíamos invocar nuestro más dinámicos mitos estadunidenses. Debemos guerrear constantemente contra el invisible reino de Satán. Plantarnos en el Armagedón y luchar por la patria. Esto fortaleció la convicción de que América era excepcional y Dios tenía especial interés en el país. Dios quería que nosotros fuéramos una patria superior a otras naciones, un ámbito para elevar su visión a mayores glorias. Así, el mito de las fronteras, que exigió nuestra presteza para luchar sin límite, se volvió parte de nuestra excepcionalidad. “Hagamos lo que haga falta”.

Foto de Charles Ommaney publicada el 4 de marzo de 2003 en Newsweek.

Para que el capitalismo estadunidense sobreviviera, se hizo requisito esta excepcionalidad en vez de la cooperación con otras naciones avanzadas. Desde el punto de vista de los líderes de la nación, iban 10 años de iniciativas perdidas, 10 años en el frío, pero ahora América tenía la oportunidad de sacar provecho de la gran bonanza que se le cruzó en el camino en 1991, cuando la Unión Soviética se fue a la bancarrota en la carrera armamentista. En ese punto, o así lo consideran quienes creen en la excepcionalidad, Estados Unidos pudo y debió haber tomado el mundo y salvaguardado nuestro futuro económico por décadas, por lo menos, para contar con un siglo de hegemonía por delante. En cambio, los excepcionalistas se vieron consumidos por la frustración al ver todas las cautelas y lábiles rodeos del gobierno de Bill Clinton. Nunca fueron tan detestados los liberales. Pero ahora, el 11 de septiembre brindaba una oportunidad para que Estados Unidos resolviera algunos problemas. Ahora se podría embarcar en la gran aventura de un imperio.

Los promotores de la excepcionalidad resultaron ser realistas de hueso duro. Estaban preparados a aceptar el hecho de que la mayoría de los estadunidenses tal vez no abrigara ningún deseo real de dominación global. América ama el placer, lo que, para fines de estos promotores de lo excepcional, era tan malo como ser amante de la paz. Así, la invasión debía presentarse mediante una narración edificante. Esto significaba que la razón invocada para la guerra debía tener una vida muy independiente de los hechos. Los motivos ofrecidos al público estadunidense no debían tener conexiones cercanas con las probabilidades. La fantasía sirve a ese propósito. Por ejemplo, llevar democracia a Medio Oriente. Protegernos contra las armas de destrucción masiva. Estos asuntos debían penetrar los hogares con toda la parafernalia de hechos, datos que supuestamente confirmaran los motivos. Para que esto funcionara, debía comprometerse a la CIA. Gran parte de la gente de la CIA está motivada por su propia carrera. Hacer carrera no necesariamente significa hacer un trabajo de inteligencia correcto. Como en otros sectores de la burocracia, la gente con logros en dicha agencia es gente que trepa porque sabe lo que pide la superioridad. Terminan así produciendo lo que sienten que su país requiere, o su carrera, o el siguiente paso que dan. Cuando tales factores se contradicen unos con otros, el trabajo de inteligencia sale perjudicado. Así, la CIA se vio muy comprometida con la jugada de entrar a la guerra contra Irak.

Stop bush project
Muchos analistas que contaban con información de que Irak tenía muy poco que ver con armas de destrucción masiva se rindieron. La necesidad de que la superioridad cumpliera las expectativas del presidente los escindió. Así que avanzamos en la creencia de que Irak era una amenaza, y nos dijeron que las hordas iraquíes nos recibirían con flores.

Sin embargo, la democracia no es antibiótico que se inyecte a un cuerpo contaminado. No es el suero mágico. Más bien la democracia es una gracia. En su estado ideal es noble. Es imposible creer que gente tan endurecida, mentirosa y trascendentalmente cínica como Karl Rove o Dick Cheney –por ofrecer los ejemplos más a mano– hayan creído que una democracia rápida iba a ser posible en Irak.

En términos muy crudos, espero que por lo menos Cheney esté en Irak por una razón: petróleo. Sin control pleno del petróleo de Medio Oriente, los problemas económicos de Estados Unidos continuarán expandiéndose. Es por eso que permaneceremos en Irak en los años venideros, porque nada se gana con retirarse después de adosar este nuevo Estado semiopresivo. Si se pretende que es una democracia, tendremos sólo una victoria nominal. Regresaremos a Estados Unidos con todos los problemas que nos llevaron a Irak, más el gasto de unos cientos de miles de millones de dólares perdidos en el lodazal.

Me parece que si los demócratas desean trabajar una nueva serie de valores y actitudes para sus futuros candidatos, no sería mala idea que pensaran más creativamente en la cuestión para la cual, hasta ahora, tienen sólo débiles e inútiles sugerencias: cómo llevarse un poco del voto de los fundamentalistas.

Si para 2008 los demócratas esperan hacerse de una fracción significativa de tales votantes tendrán que hallar candidatos y operadores en el terreno que puedan esparcir su voz por el sur –es decir, encontrar el equivalente de misioneros demócratas que trabajen con esa buena gente, que tal vez viva en el temor de la ira de Jehová, pero que ama a Jesús, lo ama mucho más. Si a estas personas se les trabaja con celo suficiente, muchos podrían llegar a reconocer que esos tan despreciados liberales viven en el verdadero espíritu de Jesús cuanto más que los republicanos. Crean o no en cada una de las palabras de las Sagradas Escrituras, son esos liberales y no los republicanos quienes se preocupan por la suerte de los pobres, los afligidos, los necesitados y los desesperanzados. A esos liberales les importa inclusive el bienestar de los criminales en nuestras prisiones. Son más propensos a cuidar los bosques, refrescar el aire de las ciudades y sanear los ríos. Sería muy angustioso para un buen fundamentalista tener que votar por un candidato que no lee las Sagradas Escrituras todos los días, y tal vez algunos se pregunten: ya no sé dónde situar mi voto. Me he unido a las filas de los indecisos.

Hay que darle poder a esas personas. Más poder a aquellos dispuestos a vivir en la indecisión implícita en la democracia. Después de todo, es la democracia la que le brindó a la gente el poder y la virtud de las buenas preguntas, sin restringir el asunto a las clases superiores.

Traducción: Ramón Vera Herrera

© Copyright 2005 Norman Mailer

Artículo publicado en La Jornada el 30 de enero de 2005.

21 de octubre de 2007

The engineering of consent

Segundo episodio del documental de la BBC, The Century of the Self, que habla de cómo el poder en E.U., durante la posguerra, utilizó las ideas de Freud sobre el inconciente para controlar a las masas.
Primera parte


Segunda parte

Tercera parte

Cuarta parte

Quinta parte

Sexta y última parte

Vigilantes gitanos

Artículo escrito por Marcos Roitman, publicado en La Jornada.
En Madrid capital y sus cuatro costados, pueblos ricos y pobres, donde se desborda la urbe y crecen los asentamientos con ciudades de más de 100 mil habitantes, se construye de forma acelerada a pesar de la crisis inmobiliaria y el aumento de las hipotecas. Bajo una furia especulativa por adjudicarse terrenos públicos recalificados emergen polígonos industriales, edificios e infraestructuras adosados a los ayuntamientos en los que es posible reconocer los rasgos del capitalismo en su estado puro. Las formas de explotación del siglo XXI deja al descubierto una mano de obra sin protección: la inmigración. Marroquíes, latinoamericanos, africanos, europeos del este, asiáticos, son víctimas de una estrategia calculada donde la rentabilidad, es decir, la relación costo-beneficio del empresario, es la única lógica por la cual miden sus objetivos. El trabajo basura a los sin papeles es ya una constante. Sueldos de miseria y horarios de 10 o 12 horas nos retrotraen a tiempos de la esclavitud, recuperándose los mecanismos extraeconómicos de control sobre la persona y la fuerza de trabajo. Miedo y subordinación absoluta. Si no se obedece sumisamente no hay trabajo a la mañana siguiente. Así, los castigos corporales y la extensión de horarios inherentes al capitalismo colonial en Europa occidental hoy no se practican por ser antiestéticos. Resulta más rentable evadir la legislación en materia de seguridad laboral e higiene en el trabajo.

El aumento exponencial de los accidentes en el tajo es una constatación del deterioro y la indefensión de derechos de estos trabajadores. Pocos se preocupan de los sin papeles, ni ellos, asustados y pendientes de los favores de sus jefes. En la mayoría de los casos prefieren aceptar las migajas antes que reivindicar. Se mueven en el filo de la navaja: el mal trato laboral y la expulsión del país. Incluso los inspectores de trabajo, en el caso de la Comunidad de Madrid, actúan coaligados con los empresarios. Para ellos es bueno una cierta dosis de sobrexplotación. Por consiguiente, accidentes mortales, lesiones irreversibles, amputación de miembros, cegueras al no cumplir la patronal las normas de seguridad y peligrosidad laboral, es decir negligencias continuas, no son consideradas falta ni tildadas de homicidio imprudente. La mayoría de las veces ni siquiera llega a los juzgados una denuncia. Los sin papeles, ni seguridad social, desvalidos, reciben consejos. Mejor perder una mano, un ojo y esperar que el empresario sea un buen samaritano. Seguro, ellos siempre premian el silencio, te volverá a contratar y te ofrecerá papeles a cambio de tu complicidad. Conocida la realidad, los políticos de arriba, los jueces y fiscales de oficio, cierran los ojos y esconden la cabeza. Abrirlos y tener dignidad supondría cuestionar el orden capitalista y su racionalidad. Acusar de homicidio imprudente a empresarios con medallas al servicio público es un despropósito. Ellos son una categoría especial, ciudadanos ejemplares, cuyo esfuerzo consiste en crear riqueza. Son la patria y el motor del crecimiento económico. Dan empleo a los pobres. Su entrega debe ser valorada y ser eximente de cualquier desliz cometido en bien del progreso.

Bajo esta premisa conscientes de su poder e impunidad, infringen las leyes. Además, en caso de ser cogidos in fraganti, la justicia será indulgente. Ya hay casos. Muchos empresarios son absueltos tras la muerte en la obra de trabajadores. La lista de ecuatorianos, por poner un ejemplo, es notable. Pero ninguna sanción ni administrativa ni judicial. Y para callar bocas, unos cuantos euros a los familiares para repatriar el cadáver. Deben estar agradecidos, “el amo” les dio de comer mientras residieron en España. Otros no hubiesen sido tan generosos. Así el capitalismo sigue funcionando en el día a día de la inmigración de los sin papeles. Todo está calculado, nada se escapa a la rentabilidad. El negocio y el tráfico de drogas, el ejercicio de la prostitución son parte de su lógica. Ellas se permiten con tal de no ver afectado el normal funcionamiento de la cadena de producción y reproducción del capital. Pero todo tiene un límite, no puede tolerar el robo de los medios de producción en cuanto afecta el sentido mismo de la propiedad privada. Es decir, por lado, fuerza de trabajo libre y por otro propiedad privada de los medios de producción.

Hoy, en la periferia y en el centro de Madrid, dos palabras aparecen rotuladas en colores chillones, expuestas en cartones o maderas en los cuatro costados de no pocas de sus construcciones: “Vigilantes gitanos”. Dichos carteles sustituyen los tradicionales eslogan para ahuyentar cacos: “No se acerque, perros peligrosos”, o “Cuidado, obra con vigilantes jurados”. Los empresarios y algunos gitanos, han entrado en complicidad. Los primeros no aceptan el continuo esquilme de sus materiales en el procesos de producción. Lo que se gana explotando a ilegales se pierde por el robo de materiales de construcción, sean estos cemento, rasilla, azulejos, bañeras, duchas, pintura, sopletes, cables, enchufes, etcétera. Los segundos, es decir los gitanos, negocian para que la obra en cuestión no sea objeto de asaltos. Y como entre ladrones anda el juego, no se van a robar entre ellos. Se paga la protección y no hay problemas.

La cuestión tiene guasa. Por un lado, los gitanos, al menos una parte, reivindican la imagen degradada propuesta entre otros por Lombroso, quien los conceptuó como raza de ladrones, criminales, capaces de vender su alma y desde luego a sus hijos por un real. Imagen utilizada por el nazismo para llevarlos a los crematorios y hoy desempolvada para evitar que unos gitanos roben a payos. En definitiva. No robes donde hay hermanos. Sufrirás las consecuencias. Pero hay otra lectura: son seres hediondos sin valores ni ley ni cultura incapaces de vivir en la sociedad occidental.

Si hoy sabemos que no hay razas sino etnias, lo curioso es que nadie de su colectivo ni de la sociedad paya proteste y exija responsabilidades ante tanta ignominia. Los carteles comienzan a multiplicarse. Parece que todos estuvieran satisfechos. Unos y otros se sienten cómodos bajo ese palio. Así, los empresarios salvaguardan el sacrosanto derecho de la propiedad privada y la rentabilidad económica. Dicen sentirse orgullos de dar trabajo a gitanos españoles no provenientes de Europa del este. Es decir, ver como se respetan las tradiciones de la raza de gitanos ladrones enraizados en nuestra cultura, rentables y eficientes. Vale la pena invertir en ellos.

16 de octubre de 2007

Manufacturing Consent

Manufacturing Consent (libro traducido al español como Los guardianes de la libertad) es un documental sobre Noam Chomsky, destacado lingüista y politólogo estadunidense, y sus advertencias del papel de las corporaciones mediáticas en la propaganda actual.
Primera parte

Segunda parte

30 de septiembre de 2007

Privatizar para perfeccionar la ignorancia

Artículo escrito por Carlos Monsiváis, publicado en El Universal el 23 de septiembre de 2007.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) le ha pedido al gobierno de Felipe Calderón (18 de septiembre de 2007) privatizar la educación media y superior de acuerdo a una consideración generosa: el modelo actual de financiamiento no es eficiente en términos de la distribución de su gasto, porque 84.4% de los fondos se dedica al pago de los salarios de los maestros.

También, la OCDE sugiere no aumentar el gasto educativo hasta que se eleve la eficiencia en el manejo de los recursos; de lo contrario “se corre el riesgo de que esa inversión sea un puro y simple desperdicio”. Con alivio, advierto que la organización no exigió la renuncia simultánea de Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador.

El manejo de las cifras es, si se atiende a las conclusiones, por lo menos inescrupuloso: es cierto que el magisterio absorbe la mayor parte del presupuesto, pero esto no señala los privilegios de un gremio sino la penuria presupuestal de las universidades públicas. Es cierto que México está a la zaga de los 30 países miembros de la OCDE, con el último lugar en el porcentaje de la población universitaria, pero eso no indica el fracaso de los estudiantes sin recursos sino la catástrofe de los regímenes federales y estatales empeñados en uncir el presupuesto a ocurrencias que llaman cada sexenio “planes educativos”; México está presumiblemente en el último sitio de las naciones con el índice de terminación en educación media y superior, el penúltimo lugar entre los jóvenes de 15 a 19 años matriculados en el bachillerato, la posición 31 de 36 países participantes en el estudio, en el porcentaje de población de 25 a 34 años con educación superior, el sitio 31 en gasto por estudiante desde primaria hasta nivel superior, y el último lugar en el porcentaje de graduados del doctorado, con sólo 0.1%.

Nada de lo anterior apoya la exigencia de privatización.

* * *

El martillo teórico de este llamado a la privatización de la enseñanza, la doctora Blanca Heredia, directora de la OCDE en México para América Latina, desdeñó (o tal vez un verbo parecido, elija usted: minimizó, despreció, hizo a un lado, se burló sofisticadamente) los costos que tuvo esta propuesta en la UNAM:

Más allá del territorio de la UNAM, ¿a quién le beneficia ese estado de cosas (la deducción gratuita)? ¿De verdad le beneficia a la mayoría de la población? ¿De verdad con esa estructura la mayoría de los mexicanos van a tener más posibilidades de acceder a la educación superior? Y hay que ver a instituciones públicas ejemplares que han hecho experimentos en aras de la privatización... La inversión en ecuación genera beneficios estrictamente privados y como tal tienen que ser asumidos por la persona.

* * *

Ya entrada en la autopista de la metáfora, la doctora Heredia, seguramente influida por el pensamiento alegórico de la campaña de 2006, emite un apabullante juego de imágenes:

“No parece muy buena idea aumentar el gasto en educación sin que antes se eleve la eficiencia de los recursos: si hay una situación en la que se necesita más agua y se sirve agua carísima en una coladera, te vas a quedar con poco agua... (entonces) parecería mejor idea cerrar los hoyos a la coladera antes de poner más agua en ella”.

Así, México deja muy poco para invertir en otros rubros porque 96.9% del gasto educativo se destina a gasto corriente y, dentro de este concepto, 84.4% se canaliza a pago de maestros. Así, el país sólo dedica 3.1% al gasto capital, porcentaje menor al promedio de la OCDE, que es de 9%.

* * *

Casi hasta los últimos años del siglo XX la derecha quiere desacreditar la capacidad formativa de la escuela pública y para ello difama la educación laica. Durante un periodo prolongado se consigue muy poco, luego, al unificarse la perspectiva ideológica de las clases gobernantes, en el proceso que culmina con la adopción del neoliberalismo, se desata el ataque frontal a la educación pública, que es según sus detractores, muchos de ellos pagados por el Estado laico al que menosprecian, el refugio de los que no pueden ir a otra parte, el hacinadero de los carentes de acceso a la alta tecnología y a los compañeros de aulas que serán poderosos porque sus padres ya lo son. (A estas alturas ya da flojera fundar dinastías).

El neoliberalismo mejora la propuesta. Da igual que la educación pública se componga de nacidos para perder, lo intolerable es que la educación media y superior no se haya convertido todavía en una zona de ganancia empresarial. Si no hay instrucción moral, allá su infierno populista, pero que haya quienes estudien sin pagar, eso rebasa la paciencia de la macroeconomía. A la OCDE ni siquiera le preocupa que la inmensa mayoría no pueda pagar. ¿Para qué nacieron si no tenían crédito?, podrían decir con lógica parecida a la metáfora de las coladeras.

Se da por sentado: enseñanza pública (y laica) es la propia de los “nacidos para perder”, de los que nunca tendrán acceso a los estímulos del desarrollo (viajes, facilidades de estudio, prestigio de clase). Esta operación contra la educación pública pretende no destruirla del todo (para qué, dejen la enseñanza primaria, está bien que los asalariados sepan leer y escribir), sino alabar lo rentable y, de paso, atestiguar la suerte atroz de la gleba, del populacho, de los cuales —asista al sorteo del destino— sólo un puñado se integra a la clase gobernante, mientras la mayoría, es de suponerse que por lealtad, se aferra a la base de la pirámide. Son innegables las limitaciones de la educación pública, como las de la privada, pero en el caso de la primera los dicterios de la élite no provienen de la observación y el análisis sino de la certidumbre: fuera de los centros educativos de la élite aparece el abismo.

No aludo aquí a la calidad de la educación pública y privada sino a la campaña de desprestigio intenso contra los universitarios que no pagan por la formación que reciben. Si bien con la UNAM las calumnias se han desbaratado, en el caso de la educación elemental se ha implantado la especie: ventaja de clase es destino. Inmorales porque no reciben enseñanza religiosa; fracasados porque viven la educación pública. Iván Illich demostró con brillantez las consecuencias lamentables del mito de la escolaridad que iguala el fracaso en la escuela con el fracaso en la vida, tal y como lo señaló en una época el término destripado, el que al abandonar los estudios “se le salen las tripas”. Esto, dicho sea de paso, comienza a modificarse al filtrarse el nuevo lugar común: el título de licenciado ya equivale a un segundo certificado de preparatoria, es decir, la educación privada que vale la pena ocurre fuera.

No se admite lo innegable: tras el menosprecio frenético de las escuelas públicas se levanta otro capítulo de la lucha de clases (versión globalizada: habita la miseria integral aquél que en su correspondencia todavía usa timbres postales), y esto se agrava en los sectores indígenas y, en general, en la aplicación del presupuesto. A los niños indígenas se les relega estrepitosamente, mientras los recursos educativos disminuyen. El neoliberalismo exige países competitivos nada más atentos a la productividad, y le da igual (es decir, le molesta) la capacidad educativa de los sectores populares.

Privaticen y expúlsenlos del espacio vital. La moraleja queda pendiente.

Escritor

19 de septiembre de 2007

La ciudad genérica

En 1994, a través del siguiente texto, Koolhaas presento una extensa y precisa descripción (y justificación) del urbanismo cínico y pragmático de la década de los 90's. La [post] ciudad de este mundo urbanizado, ya no es el espacio del flaneur como la ciudad moderna, si no un estado mental, sedado y sedentario que percibimos a través del vidrio del departamento, del automóvil, o del monitor.

1. INTRODUCCIÓN

1.1. ¿La ciudad contemporánea es como el aeropuerto contemporáneo -"todos iguales"? ¿Es posible teorizar esta convergencia? ¿Y si es así, a qué configuración final se está aspirando? La convergencia sólo es posible a costa de despojarse de la identidad. Generalmente eso se ve como una pérdida. Pero a la escala en la que ocurre, debe significar algo. ¿Cuáles son las desventajas de la identidad, y a la inversa, cuáles son las ventajas de la inexpresividad [blankness]? ¿Y si esta homogeneización aparentemente accidental -y usualmente lamentada- fuese un proceso intencional, un movimiento consciente alejándose de la diferencia hacia la semejanza? ¿Y si estamos siendo testigos de un movimiento global de liberación "¡abajo el carácter! [lo típico, lo característico]"? ¿Qué queda después de que se ha despojado de la identidad? ¿Lo Genérico?

1.2. Dado que la identidad es derivada de la sustancia física, de lo histórico, del contexto, de lo real, en cierto modo no podemos imaginarnos que algo contemporáneo -hecho por nosotros- contribuya a ella. Pero el hecho de que el crecimiento humano sea exponencial implica que el pasado en un cierto punto se volverá demasiado "pequeño" para ser habitado y compartido por aquellos [que están] vivos. Nosotros mismos lo agotamos. Hasta tanto la historia encuentre su depósito en la arquitectura, inevitablemente las cantidades humanas actuales reventarán y reducirán la substancia previa. La identidad concebida como esta forma de compartir el pasado es una propuesta destinada al fracaso: no sólo hay -en un modelo estable de continua expansión de la población- proporcionalmente cada vez menos que compartir, sino que la historia también tiene una ingrata vida a medias -como se abusa más de ella, se vuelve menos significativa- al punto que sus derogatorios panfletos se tornan insultantes. Esta disolución es exacerbada por la masa de turistas en constante aumento, una avalancha que, en una búsqueda perpetua de "carácter", va moliendo las identidades exitosas [hasta convertirlas] en un polvillo insignificante.

1.3. La identidad es como una trampa para ratones en la que más y más ratones tienen que compartir la carnada original, y que, inspeccionada más de cerca, puede haber estado vacía desde hace siglos. Cuanto más fuerte es la identidad, más encarcela, más resiste la expansión, la interpretación, la renovación, la contradicción. La identidad se vuelve como un faro -fijo, sobredeterminado: puede cambiar su posición o patrón que emite solamente a costa de desestabilizar la navegación. (París sólo puede volverse más parisina -ya está en camino de convertirse en hiper-París, una pulida caricatura. Hay excepciones: Londres -su única identidad [es] una carencia de identidad clara- está perpetuamente volviéndose aun menos Londres, más abierta, menos estática.)

1.4. La identidad centraliza; insiste en una esencia, un punto. Su tragedia se da en simples términos geométricos. Mientras la esfera de influencia se expande, el área caracterizada por el centro se vuelve más y más grande, diluyendo desesperanzadamente tanto la fuerza como la autoridad del núcleo [core]; inevitablemente, la distancia entre el centro y la circunferencia se incrementa hasta el punto de ruptura. En esta perspectiva, el reciente y tardío descubrimiento de la periferia como una zona de valor potencial -una especie de condición prehistórica que podría finalmente ser digna de la atención arquitectónica- sólo es una disimulada insistencia sobre la prioridad y dependencia del centro: sin centro, no hay periferia; el interés en el primero presumiblemente compensa por el vacío del último. Conceptualmente huérfana, la condición de la periferia empeora por el hecho de que su madre todavía está viva, robándose el show, acentuando las deficiencias de la cría. Los últimas vibraciones que emanan del exhausto centro impiden la lectura de la periferia como una masa crítica. No sólo el centro es, por definición, demasiado pequeño para realizar sus tareas [obligations] asignadas, tampoco es más el centro real sino un espejismo marchito camino a la implosión; aun así, su presencia ilusoria deniega al resto de la ciudad su legitimidad. (Manhattan denigra como "gente de puente y túnel" a aquellos que necesitan apoyo infraestructural para entrar en la ciudad, y les hace pagar por ello.) La persistencia de la actual obsesión concéntrica nos hace a todos gente de puente y túnel, ciudadanos de segunda clase en nuestra propia civilización, privados de ciudadanía [disenfranchised] por la muda coincidencia de nuestro colectivo exilio del centro.

1.5. En nuestra programación concéntrica (el autor pasó parte de su juventud en Amsterdam, la ciudad de la última centralidad) la insistencia en el centro como el núcleo del valor y el significado, fuente de toda significación, es doblemente destructiva -no sólo el volumen siempre en aumento de las dependencias es a fin de cuentas una tensión intolerable, supone también que el centro tiene que ser constantemente mantenido, es decir, modernizado. Como "el lugar más importante", paradójicamente tiene que ser, al mismo tiempo, el más viejo y el más nuevo, el más fijo [estático] y el más dinámico; soporta la adaptación más intensa y más constante, la cual luego se ve comprometida y complicada por el hecho de que tiene que ser una transformación inadvertida, invisible al ojo desnudo. (La ciudad de Zurich ha encontrado la solución más radical y costosa en la vuelta a una suerte de arqueología en reversa: capa sobre capa de nuevas modernidades [modernities] -shopping centers, estacionamientos, bancos, bóvedas, laboratorios- se construyen debajo del centro. El centro ya no se amplía hacia fuera o hacia el cielo, sino hacia el interior, hacia el centro de la tierra misma.) Del injerto de más o menos discretas arterias de tráfico, circunvalaciones, túneles subterráneos y la construcción de cada vez más tangenciales, a la transformación de rutina de viviendas en oficinas, almacenes en lofts, iglesias abandonadas en nightclubs; de las bancarrotas en serie y las subsiguientes reinauguraciones de unidades específicas en recintos de compras cada vez más costosos, a la implacable conversión del espacio utilitario en espacio "público", la peatonalización, la creación de parques nuevos, plantando, conectando [bridging], exponiendo la restauración sistemática de la mediocridad histórica, toda autenticidad es implacablemente evacuada.

1.6. La Ciudad Genérica es la ciudad liberada del cautiverio del centro, de la camisa de fuerza de la identidad. La Ciudad Genérica rompe con este destructivo ciclo de dependencia: no es nada sino un reflejo de la actual necesidad y la actual habilidad. Es la ciudad sin historia. Es suficientemente grande como para todos. Es fácil [easy]. No necesita mantenimiento. Si se torna demasiado pequeña simplemente se expande. Si se torna vieja simplemente se autodestruye y se renueva. Es interesante -o no interesante- en todas partes por igual. Es "superficial" -como un estudio de Hollywood, puede producir una nueva identidad cada lunes por la mañana.

2. ESTADÍSTICAS

2.1. La Ciudad Genérica ha crecido dramáticamente durante las últimas décadas. No sólo se ha incrementado su tamaño, sus números también lo han hecho. A comienzos de los setenta fue habitada por un promedio de 2,5 millones de residentes oficiales (y mas de 500.000 no oficiales); ahora se mantiene alrededor de la marca de los 15 millones.

2.2. ¿La Ciudad Genérica comenzó en América? ¿Es tan profundamente no original [unoriginal] que sólo puede ser importada? En cualquier caso, la Ciudad Genérica ahora también existe en Asia, Europa, Australia, África. El definitivo movimiento alejándose del campo, de la agricultura, hacia la ciudad no es un movimiento hacia la ciudad como el que conocíamos: es una mudanza a la Ciudad Genérica, la ciudad tan extendida que ha llegado al campo.

2.3. Algunos continentes, como Asia, aspiran a la Ciudad Genérica; otros se avergüenzan de ella. Porque tiende hacia lo tropical -convergiendo en torno al Ecuador-, una gran proporción de las Ciudades Genéricas es asiática -aparentemente una contradicción de términos: lo sobre-familiar [over-familiar] habitado por lo inescrutable. Un día, este producto desechado de la civilización occidental será absolutamente exótico otra vez, a través de la resemantización que su misma diseminación trae en su estela.

2.4. A veces una singular ciudad vieja, como Barcelona, al sobresimplificar su identidad se vuelve Genérica. Se vuelve transparente, como un logo. Lo contrario nunca sucede... por lo menos no todavía.

3. GENERAL

3.1. La Ciudad Genérica es lo que queda después de que grandes secciones de la vida urbana se cruzaron en el Ciberespacio. Es un lugar de sensaciones débiles y distendidas, pocas emociones y alejadas entre sí, discreto y misterioso como un gran espacio iluminado por un velador. Comparada con la ciudad clásica, la Ciudad Genérica es sedada, percibida usualmente desde una posición sedentaria. En lugar de concentración -presencia simultánea-, en la Ciudad Genérica los "momentos" individuales están muy espaciados entre sí para crear un trance de experiencias estéticas casi inadvertibles: las variaciones de color en la iluminación fluorescente de un edificio de oficinas momentos antes de la puesta del sol, las sutilezas de los blancos ligeramente diferentes de un cartel iluminado en la noche. Como comida japonesa, las sensaciones pueden ser reconstituidas e intensificadas en la mente, o no -simplemente se pueden ignorar. (Hay una opción.) Esta carencia generalizada de urgencia e insistencia actúa como una droga potente; induce una alucinación de lo normal.

3.2. En una reversión [reversal] drástica de lo que supuestamente es la principal característica de la ciudad -"los negocios [business]"-, la sensación dominante de la Ciudad Genérica es una calma espeluznante: cuanto más calma es, más se aproxima al estado puro. La Ciudad Genérica se refiere a los "males" que se atribuyeron a la ciudad tradicional antes de que nuestro amor por ella se volviera incondicional. La serenidad de la Ciudad Genérica se alcanza a través de la evacuación de la esfera pública, como en un simulacro de emergencia de incendio. El plano urbano ahora sólo acoge el movimiento necesario, fundamentalmente el auto; las carreteras son una versión superior de los bulevares y las plazas, tomando más y más espacio; su diseño, aparentemente aspirando a la eficiencia automovilística, es de hecho sorprendentemente sensual, una pretensión utilitaria que introduce el dominio del espacio liso [smooth space] [2]. Lo que es nuevo en este campo público locomotor es que no puede ser medido en dimensiones. El mismo tramo (digamos, unas diez millas) rinde un número vasto de experiencias completamente diferentes: puede durar cinco minutos o cuarenta; puede ser compartido con casi nadie, o con la población entera; puede producir el placer absoluto de la pura velocidad no-adulterada -hasta qué punto la sensación de la Ciudad Genérica puede incluso volverse más intensa o por lo menos adquirir densidad- o momentos completamente claustrofóbicos de detenimiento [stoppage]- hasta qué punto la delgadez [thinness] de la Ciudad Genérica está [en lo] más evidente de ella.

3.3. La Ciudad Genérica es fractal, una repetición sin fin del mismo módulo estructural simple; es posible reconstruirla desde su entidad más pequeña, una desktop computer [computadora de escritorio], quizá incluso desde un diskette.

3.4. Los Campos de golf son todo lo que queda de alteridad [lo otro].

3.5. La Ciudad Genérica tiene números de teléfono fáciles, no los duros ejercicios de flexión del lóbulo-frontal de diez cifras de la ciudad tradicional, sino versiones más fluidas, sus números del medio idénticos, por ejemplo.

3.6. Su atractivo principal es su anomia.

Por Rem Koolhaas
Traducción y adaptación [1]: Gustavo Crembil + Gisela Di Marco

Notas de la traducción:
[1] Se han incorporado al texto notas de la traducción entre corchetes. Las negritas son también de la traducción, y han sido utilizadas para destacar términos que se han mantenido en el idioma original.
[2] espacio liso (smooth space en el original): el concepto de "espacio liso o nómada" fue explorado por Gilles Deleuze y Félix Guattari, a partir de nociones derivadas de la geometría diferencial y el álgebra conmutativa, y es definido por oposición al "espacio estriado o sedentario" instaurado por el aparato del Estado. Mientras que lo estriado esta caracterizado por el orden, la estructura, la regularidad, la rutina y la identidad; lo liso es definido dinámicamente a través de acontecimientos, afectos e intensidades, por trayectos entre puntos.

Tomado de http://betatest.ubp.edu.ar/0010/0010_3.htm
Fotos tomadas de http://pdphoto.org/

Suburbio

La tele dispara imágenes que reproducen el sistema y voces que le hacen eco; y no hay rincón del mundo que ella no alcance. El planeta entero es un basto suburbio de Dallas. Nosotros comemos emociones importadas como si fueran salchichas en lata, mientras los jóvenes hijos de la televisión, entrenados para contemplar la vida en lugar de hacerla, se encogen de hombros.

El libro de los abrazos. Eduardo Galeano

14 de septiembre de 2007

Memoria

4 de septiembre de 2007

Cero

Publicado en El Universal el lunes 27 de agosto de 2007/

Contiene Coca Zero sustancia cancerígena
El ciclamato de sodio, prohibido en EU, está aprobado por la SSA: la empresa

La Coca Cola Zero que se comercializa en nuestro país contiene un endulzante prohibido en Estados Unidos desde hace casi 40 años, pues puede tener efectos cancerígenos.

El uso de ciclamato de sodio no se permite en alimentos, bebidas y suplementos alimenticios en EU desde octubre de 1969.

Información de la Food and Drug Administration (FDA, por sus siglas en inglés), instancia oficial que prohibió el ciclamato de sodio en EU señala que la sustancia puede causar cáncer y también se ha estudiado su relación con casos de esterilidad entre sus consumidores.

Laura Olguín, catedrática de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, explicó que el ciclamato de sodio puede provocar cáncer si se consume de forma excesiva.

La presencia del compuesto está controlada en productos como la Coca Cola Zero que contiene 25 miligramos sobre 100 gramos en cada una de sus latas de 355 mililitros.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, (FAO), un ser humano no debe consumir al día más de 11 miligramos de ciclamato de sodio por cada kilo de su peso corporal.

Según Laura Olguín, el uso excesivo de ciclamato se suscita al consumir varios productos dietéticos.

Entre las indicaciones por esta sustancia está el evitar su consumo en mujeres embarazadas y niños.

El refresco contiene aspartame y acesulfame, endulzantes que no son nocivos para el ser humano, según la página de internet de Coca Cola Zero en México.

El acesulfame y el aspartame, figuran en la lista de aditivos para alimentos y bebidas aprobados por la Secretaría de Salud en 1999, donde no aparecía el ciclamato de sodio.

Respecto al último , el portal sólo menciona que está aprobado por la Secretaría de Salud.

La sustancia entró a la lista de coadyuvantes para alimentos, bebidas y suplementos alimenticios permitidos por la dependencia en julio de 2006, por un acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación.

Sobre los efectos cancerígenos de los endulzantes, Coca Cola hace referencia a la sacarina. Señala que no tiene efectos nocivos. Indica que estudios hechos en ratas expuestas a esta sustancia desarrollaron cáncer tras aplicarles dosis equivalentes al consumo de 750 latas de refresco al día de por vida.

Sin embargo, la refresquera detalla que los altos niveles de sacarinas sólo se hallan en la rata macho y esto no es relevante en el humano.


Tomado de http://www.indiaresource.org/


Un dulce riesgo

El estudio Efectos del ciclamato de sodio en el hígado fetal de ratas estudios cariomético y estreológico, publicado en septiembre de 2005 por el International Journal of Morphology (Diario Internacional de Morfología), define al ciclamato como una sustancia derivada del ácido N-ciclo-hexil-sulfámico, usada como edulcorante no calórico.

El estudio aplicó por cinco días una dosis del endulzante a ratas preñadas y luego las sacrificó para conocer efectos del compuesto en fetos.

“Los resultados mostraron que el uso del ciclamato de sodio en las ratas preñadas causó retardo en el desarrollo fetal e hipertrofia celular hepática en los fetos, sugerente de toxicidad en el hígado fetal de las ratas”, concluye el análisis.

El ciclamato de sodio tiene la capacidad de endulzar un producto hasta 600 veces más que el azúcar normal en combinación con otros compuestos.

Su utilización en refrescos se da debido a que proporciona un sabor más natural que compuestos como el aspartame, según explicó Laura Olguín, catedrática de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional.

31 de agosto de 2007

Retrato de George Bush

Jonathan Yeo es el autor de esta imagen de George W. Bush, hecha con recortes de revistas porno. Aparentemente, Yeo decidió hacer su versión del rostro de Bush, después de que la Bush Library le cancelara la comisión de un retrato del presidente. Ni cómo espantar a las buenas conciencias: es un retrato de Bush, lo menos obsceno es la pornografía.


Perro rico, hombre pobre

Artículo escrito por David Brooks y publicado el 31 de agosto en La Jornada.
En seis años baja el ingreso y hay 5 millones más de pobres en EU
De acuerdo con el censo más reciente, 47 millones de personas carecen de seguro médico

Nueva York, 30 de agosto. En Estados Unidos hay cinco millones más de pobres hoy que hace seis años, y el ingreso promedio es mil dólares inferior al que había en 2000, pero también hay noticias positivas: un perro heredó 12 millones de dólares.

El cuento de los ricos y los pobres se volvió casi patético esta semana con dos noticias. El gobierno federal anunció que aunque disminuye el porcentaje de hogares que vive en la pobreza después de cinco años de crecimiento económico, el hecho es que en 2006 (los datos más recientes) 36.5 millones de estadunidenses vivían en la pobreza, 5 millones más que en 2000.

También se informó que la multimillonaria empresaria de hoteles Leona Helmsley, quien falleció la semana pasada, le heredó a su pequeño perro maltés (su nombre es Trouble) 12 millones de dólares, y cero a dos de sus cuatro nietos (también le dejó 100 mil dólares a su chofer).

El Buró del Censo reportó que el ingreso promedio nacional se incrementó 0.7 por ciento el año pasado y alcanzó un total de 48 mil 201 dólares. Además, registró una reducción de .3 por ciento en el número de hogares en la pobreza.

Estas noticias positivas fueron subrayadas por el presidente George W. Bush como prueba de que sus políticas económicas estaban funcionando y que no deberían ser modificadas. “Cuando mantenemos bajos los impuestos, limitamos el gasto público, y abierta nuestra economía… todos los estadunidenses se benefician. Los datos del Buró del Censo difundidos hoy confirman que más de nuestros ciudadanos están mejor en esta economía. Con una continuación en el crecimiento de ingresos y más estadunidenses sacándose a sí mismos de la pobreza”, declaró Bush.

Pero lo que no mencionó es que estos modestos avances hicieron poco para borrar el principal hecho de su gestión en materia económica: que después de cinco años desde la última secesión económica, casi nada del crecimiento económico ha beneficiado a la abrumadora mayoría de los estadunidenses. De hecho, los ingresos de estadunidenses con trabajo de tiempo completo eran más de 1 por ciento inferiores en 2006 que en 2005, y el ingreso promedio de hogares encabezados por menores de 65 años de edad permaneció 2 puntos por abajo que en 2001.

El presidente también optó por hacer una breve y ligera referencia a otro dato terrible en el informe del censo difundido esta semana: 47 millones de estadunidenses carecen de seguros de salud, lo cual implica que no tienen acceso a casi ningún sistema de salud en este país.

El Buró del Censo informó que el número de estadunidenses sin seguro de salud se incrementó 2.2 millones entre 2005 y 2006. Esta tendencia se ha intensificado en los últimos años al dispararse los costos de salud, la reducción o eliminación de seguros que las empresas ofrecían antes a sus trabajadores, entre otros factores. Peor aún, el número de menores de edad sin seguro aumentó 600 mil entre 2005 y 2006 para alcanzar un total de 8.6 millones de niños.

A la vez, reportó el New York Times al analizar los datos, el único segmento de la población cuyos ingresos en 2006 eran superiores a los de 2000 eran los hogares del 5 por ciento más rico del país, y para todos los demás eran inferiores. “Tomado en total, los nuevos datos sobre ingresos y pobreza se intercalan de manera consistente con el patrón de los últimos 5 años, en donde el botín del crecimiento económico de la nación ha fluido casi exclusivamente a los ricos y a los extremadamente ricos, dejando poco para todos los demás”, opinó el Times en un editorial esta semana.

Pero no hay por qué preocuparse tanto, ya que la señora Helmsley dejó una buena parte de su fortuna calculada en 4 mil millones de dólares (Forbes la colocó en el número 369 en su lista de los más ricos del mundo) a las caridades. Pero Trouble, su perrito, tiene todo para vivir el resto de su vida como millonario y descansar eternamente, al morir, al lado de su benefactora en el mausoleo de lujo.

Por cierto, el testamento de Helmsley establece un fondo de 3 millones para mantener el mausoleo (con estrictas órdenes sobre cómo hacerlo). El perro fue el más beneficiado de la familia con sus 12 millones: Helmsley dejó sólo 10 millones a su hermano, y 5 millones por cabeza a dos de sus nietos, pero con condiciones que tienen que seguir, sobre todo una visita anual a la tumba de su difunto marido, y otros dos nietos se quedaron sin nada.

Al parecer, se tendrá que modificar el significado de aquello de una “vida de perros”.

25 de agosto de 2007

McDonald's video game

McDonald's video game

Juego hecho por molleindustria para explicar cuál es el precio que hay que pagar para sostener nuestro estilo de vida (yo consumo, ellos lucran, destruyen bosques tropicales, desertifican, pauperizan y generan hábitos de consumo de dudosa calidad). Juega, diviértete y aprende.

Un vencedor de gigantes de fast food

Entrevista de Arturo Cano a Lucas Benítez, dirigente de la Coalición de Trabajadores de Immokale, publicada el 24 de agosto en La Jornada.

En la práctica, México entrega mano de obra barata a EU: Lucas Benítez, líder de pizcadores.

A los dos días de terminar el bachillerato, Lucas Benítez se largó de su pueblo y cruzó el río Bravo. No sabía nadar. Catorce años después dirige una organización de pizcadores de jitomate que cuenta entre sus medallas haber derrotado a gigantes de la comida rápida como Taco Bell y McDonald's.

"Sentamos un precedente: nunca una gran corporación había dado dinero a las personas de más abajo directamente. Y ahora vamos contra Burger King", dice el dirigente de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW, por sus siglas en inglés).

Cuando llegó a Immokalee, en el corazón de la zona agrícola del sur de Florida, Lucas se topó con pared: "Era un pueblo sin ley. Los patrones traían las pistolas al cinto, te tronaban los dedos y te mentaban la madre. La gente tomaba como algo normal los bajos salarios y los maltratos. Y bueno, uno sale de su país para tener una mejor vida, y llegas allá y te encuentras con esto... te joden aquí, te joden allá, ¿dónde vas a ir a parar?"

A la primera reunión en la parroquia de la comunidad, en 1993, sólo asistieron cuatro trabajadores. La organización se dificultaba porque muchos de los jornaleros de Immokalee son de temporada. Cosechan tomate en Florida y se van al tabaco a Carolina del Norte o a la manzana en Nueva York.

Durante dos años la coalición fue un grupo que se reunía a escondidas. Pero en 1995 una de las compañías más grandes decidió reducir el salario por debajo del mínimo, que entonces era de 4.25 dólares la hora, a 3.85, con el argumento de que los campesinos igualaban o superaban el mínimo si pizcaban suficientes cubetas.

"Pues agachamos las orejas y seguimos trabajando o hacemos algo", cuenta Lucas que se dijeron. Y lo hicieron.

Fue la primera huelga de la coalición. Tres mil trabajadores dejaron la cosecha. La empresa reculó y las demás siguieron el ejemplo: el salario quedó entre 4.50 y 4.75 dólares por hora.

En las oficinas de la coalición todavía conservan el objeto que les recuerda su siguiente paso: una camisa ensangrentada. Un jornalero guatemalteco pidió permiso para tomar agua y el patrón se lo negó. Como desobedeció, le partió la cara.

Seiscientos trabajadores rodearon la casa del patrón, al grito de: "Golpear a uno es golpear a todos". "Fue nuestro primer boicot, en 1996". A la mañana siguiente, como todos los días, el ranchero fue a buscar jornaleros en su camioneta. Ninguno se subió.

Entre los últimos días de 1997 y los primeros de 1998 seis miembros de la coalición realizaron una huelga de hambre en demanda de que los rancheros se sentaran a negociar. "Pensamos que la cercanía de la Navidad les iba a mover el corazón a los rancheros, pero nada".

El obispo local, otros líderes religiosos y el ex presidente James Carter pidieron a la CIW poner fin a la huelga. "Por respeto a ellos la paramos en el día 30, pero eso nos ayudó a quebrar la barrera de una lucha local".

Siguieron una marcha de 370 kilómetros y varios paros laborales sin que los rancheros aceptaran negociar. "A ellos no les interesaba cuidar su imagen, porque realmente no tienen ninguna".

En esas andaban cuando en un periódico especializado leyeron una nota que les llamó la atención: Taco Bell informaba que había firmado un contrato con una de las compañías más grandes del área para comprar tomate al precio más bajo del mercado. "Ya sabíamos quiénes iban a pagar el precio".

Los trabajadores de Immokalee (la mitad mexicanos, 30 por ciento guatemaltecos, 10 por ciento haitianos y el resto de otras nacionalidades) emprendieron entonces un boicot contra Taco Bell. En el camino, lograron el apoyo de estudiantes, iglesias, celebridades del espectáculo y políticos.

Al principio, la compañía no se inmutó. Taco Bell forma parte de Yum! Brands Inc., una de las 500 mayores corporaciones del mundo según la revista Fortune, y tiene alrededor de 900 mil empleados en cien países; sus otras cadenas de restaurantes son KFC, John Silver's, All American Food y Pizza Hut.

Tuvieron que pasar cuatro años para que Taco Bell comenzara a ver afectada su imagen de empresa "filantrópica" y "socialmente responsable". La compañía se sentó a la mesa y firmó: "Aceptó pagar un centavo más por cada libra de tomate que consumiera y que ese centavo fuera directamente al trabajador".

Los otros dos logros no fueron menores. La firma y la CIW elaboraron un "código de conducta" que en esencia obliga a Taco Bell a alentar a los rancheros a respetar los derechos laborales de los jornaleros. Igualmente, se comprometió a dejar de comprar el tomate de aquellos rancheros que incurran en "violaciones extremas" de los derechos, como servidumbre o esclavitud.

Las cubetas

La planta de jitomate se cosecha de tres a cuatro veces, explica Lucas. "La primera vez puedes cosechar bastante, ya la cuarta es difícil. Si eres muy rápido tal vez tardas de cinco a ocho minutos en llenar una cubeta. Ya en las últimas pizcas puedes cosechar 25 o 30 cubetas en todo el día".

Antes del acuerdo, los pizcadores recibían unos 45 centavos por cada 32 libras (una cubeta de 14.5 kilogramos), actualmente pueden llegar a ganar 77 centavos.

Ahora, cada semana Taco Bell entrega a la coalición una lista de los trabajadores que cosecharon tomate para sus restaurantes, y éstos reciben el cheque del ranchero y otro de la corporación, con cantidades que van de 18 a 40 dólares.

Luego de ese triunfo, la coalición dirigió sus baterías contra otra poderosa trasnacional. El triunfo sobre McDonald's le llevó la mitad del tiempo, dos años. El 9 de abril pasado, la empresa aceptó las mismas demandas que su competidora. Y detrás de ella lo hicieron las demás integrantes de Yum! Brands.

En resumen, como dice Lucas, "seis de la más grandes cadenas de comida del mundo están trabajando con nosotros".

De mojado, a premiado

Lucas Benítez asegura que de haberse quedado en México habría terminado de "campesino empobrecido o de delincuente". En Estados Unidos, en cambio, se ha convertido en un personaje multipremiado.

En 1998, la CIW recibió el premio que la Conferencia Episcopal estadunidense da a quienes trabajan por la eliminación de la pobreza y la injusticia. En 1999 obtuvo un galardón patrocinado por la revista Rolling Stone. En 2003, con dos de sus compañeros, recibió el premio de derechos humanos que lleva el nombre de Robert Kennedy.

En aquella ocasión, en el Capitolio, Lucas dijo: "es raro; la vida es como un sueño. Hace dos días estaba con mis compañeros manifestándome contra el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en Florida, y estábamos rodeados por 3 mil policías, y ahora me encuentro en Washington recibiendo este premio".

Lucas y sus compañeros fueron reconocidos por su ayuda para liberar a más de mil trabajadores agrícolas obligados a trabajar a la fuerza en los campos de Florida y Carolina del Sur.

Por esos días fue invitado a una cena en la mansión de los Kennedy. "Nunca había comido con tantos fierros, así que cuando la señora Ethel me pidió que comenzará a comer le tuve que decir: 'you first', porque no sabía cómo empezar", dice entre risas.

Esa anécdota lo lleva a recordar otra, de sus primeros tiempos en Estados Unidos, cuando visitó un pueblo al norte de Immokalee (nuestra casa, en lengua seminol). Entonces no hablaba una palabra de inglés, y tenía hambre. Se formó en la fila de un restaurante, pero no sabía cómo pedir la comida. Una persona que estaba adelante pidió varios platillos y quien la seguía en la fila sólo dijo: "give me the same" (déme lo mismo). "¡Durante 15 días sólo comí give me the same!"

Trabajadores huéspedes, igual a esclavitud legal

Casado con una mexicana originaria de Chalco, estado de México, Lucas Benítez sólo ha venido tres veces desde que salió, hace 14 años, de su natal Arcelia, en Guerrero.

Su vida y su batalla en el otro lado lo mantienen muy ocupado, y casi toda su familia ya anda por aquellos lares.

Con la experiencia de su ya largo batallar por los trabajadores agrícolas, asegura que un programa de empleados huéspedes no es la solución al problema migratorio. "Eso del bracerismo es esclavitud legal. Si dejas al patrón te puede denunciar a Migración y te ponen en la lista negra. No te puedes cambiar, aunque en otro lugar te paguen más y te traten mejor.

"Tiene que haber un tratado, porque en la práctica México está vendiendo mano de obra barata para la actividad peor pagada de Estados Unidos, que es la agricultura".